Según nos dice el documento en sus primeras páginas:
“La caza es un recurso natural que debe ser aprovechado de forma sostenible, de manera que se asegure su renovación y, con ello, su persistencia en el tiempo. Mientras el aprovechamiento del recurso cinegético es un derecho del cazador, nunca debe olvidarse que su correcta gestión es una obligación para el gestor”
La definición de "recurso natural" es la siguiente: "Se denominan recursos naturales a aquellos bienes materiales y servicios que proporciona la naturaleza sin alteración por parte del ser humano" (http://es.wikipedia.org/wiki/Recurso_natural). Queda claro que se trata de los recursos que nos da la naturaleza sin actuación alguna de la especie humana. El documento añade:
“El recurso se ha artificializado, convirtiéndose la isla en un “gran coto intensivo”, donde las herramientas de gestión predominantes son las sueltas sistemáticas de perdiz y conejo, sin apenas implantación de técnicas de intervención ambiental, signos inequívocos de la ausencia de gestión”
En Canarias la caza de conejos y perdices no ha sido nunca un recurso natural, propiamente dicho, ya que ambas son especies introducidas. Para mantener este recurso lo que hay que artificializar es el medio. En un medio natural canario sin alteración humana no existiría ninguna de las dos especies.
Entre los objetivos del Plan están:
“◦ Salvaguardar la sostenibilidad del recurso cinegético, asegurando su persistencia en el tiempo y por ende la consecución de los objetivos ambientales, sociales y económicos de la caza.
◦ Mejora del medio natural como consecuencia de las técnicas de intervención ambiental aplicadas sobre el territorio.”
Los objetivos cinegéticos y los ambientales en las Islas pueden llegar a ser opuestos, y por tanto difícilmente compatibles, por lo que las técnicas de intervención ambiental necesarias para mantener el “recurso” difícilmente mejorarán el medio natural.
Si se quiere mantener el acervo cultural que implica la caza en Canarias, perfecto, compartimos la idea, pero que no se intente mezclar este objetivo con la preservación del medio ambiente, es más, preservar la caza en Canarias no puede hacerse sin un precio ambiental que debemos pensar si estamos o no dispuestos a pagar. Es cuestión de tomar una decisión. Si se mantiene, cosa que, repito, apoyamos, debe quedar claro entre los cazadores la responsabilidad que conlleva esa decisión, ya que el resto de ciudadanos aceptamos perder parte de un derecho para que ellos prosigan realizando esta actividad.
Desde el punto de vista ambiental, en Canarias no hay diferencia entre la caza del conejo y la del muflón, por ejemplo, pero social y culturalmente si hay una gran diferencia, por eso, desde nuestra opinión debe mantenerse la primera y no la segunda, pero sólo por eso, a sabiendas que ambas son perjudiciales para el medio ambiente.
Esa característica de animales invasores del conejo y la perdiz roja no consta en el Plan Insular que aquí tratamos, y podría ser una cuestión a considerar ya que permitiría, por ejemplo, la posibilidad de erradicación de estos animales en lugares muy concretos, donde su efecto sobre la vegetación local puede ser muy negativo (Tilos de Moya, Inagua, etc.) y donde está prohibida su caza.
Dejando a un lado este transcendente tema, nos parece también importante y significativa la atención que el plan da a las especies asilvestradas que depredan sobre las cinegéticas: perros, gatos y ratas, que denomina depredadores asilvestrados, y erizo moruno y culebra real que cita como ¿depredadores naturales? Además señala la importancia de controlar las de poblaciones de Cotorra de Kramer (Psittacula krameri) y la cotorra de la patagonia (Cyanoliseus patagonus). Parece un poco forzada esta diferenciación, y todas estas especies deberían ser tratadas por igual en este Plan. Compartimos con el autor del plan la alarma que produce la gran densidad de gatos y perros asilvestrados en nuestros montes, y la necesidad de que exista una mayor vigilancia en este sentido.
De nuevo felicidades a todos los que han intervenido en la redacción de este documento y manos a la obra.