El monte verde o laurisilva canaria es un hábitat que permite el asentamiento de muchas especies vegetales exóticas y algunas de ellas pueden tener un comportamiento invasor. El problema se agudiza cuando, como en Gran Canaria, el grado de antropización de esta vegetación es muy alto. Los restos de monte verde que quedan en nuestra isla son de poca extensión y, en su mayoría, resultado de la regeneración natural del propio bosque (lo que Carlos Suárez en su obra de 1994 llamó laurisilva secundaria). Ya han aparecido en este mismo blog algunas enredaderas invasoras y ahora quiero llamar la atención sobre Tradescantia fluminensis, la oreja de gato.
Esta planta ornamental, de hábito rastrero y capaz de reproducirse asexualmente por estolones viene siendo un problema desde hace años en la laurisilva gomera, donde se empezó a controlar desde 1990 (confirmar en BAÑARES, A. (1990). Erradicación de la invasora Tradescantia fluminenesis Well. (F. Commelinaceae) como medida de restauración ecológica en la laurisilva gomera (parque Nacional de Garajonay). Ecología 4: 99-104.), y donde sigue siendo un problema sin resolver. En Gran Canaria es muy frecuente en los escasos restos de laurisilva de Madre del Agua, Osorio, Barranco de la Virgen, etc. y repeste tipo de vegetación hay que atender al serio problema ambiental que plantean especiesresenta una seria dificultad para el establecimiento de especies que, en esta isla, son extremadamente raras, como Ixanthus viscosus o Geranium canariensis. Si realmente se quiere restaurar como la aquí señalada o también Ageratina adenophora o Chesmanthe aethiopica.