Lo primero es dejar claro que el Jardín Canrio no es un foco de dispersión de especies potencialmente invasoras, o al menos, no lo es más que cualquier otro jardín o parque de las Islas. Sobre todo es una víctima de este asunto por la cantidad de tiempo y por tanto de dinero, que debe ocuparse en la eliminación (o al menos en su intento) de estas plantas exóticas introducidas y, algunas, invasoras.
Un paseo por sus instalaciones nos permite encontrar las mismas plantas que crecen espontáneas, en cualquier parque de las islas: Ficus microcarpa, Schinus molle o Schinus terebenthifolius. También propias de jardines, y sin carácter invasor, todavía, podemos encontrar otras especies asilvestradas menos comunes: Kalanchoe daigremontiana, Solanum pseudocapsicum, Dichondra micrantha, Asparagus densiflorus, Pedronea ricasoliana, Jacaranda ovalifolia y Aloe spp. También están presentes, sobre todo en la ladera del barranco que forma parte del Jardín, otras invasoras propias de la zona de medianías donde se asienta: Pelargonium sp., Atriplex semibaccata, Tropaeolum majus, Ricinus comunis, Oxalis pes-caprae, Pennisetum setaceum, Asparagus asparagoides, Opuntia maxima, Azolla filiculoides o Aptenia cordifolia. En el barranco que cruza el jardín pueden verse con facilidad, además de algunas de las ya citadas, Arundo donax y Eucaliptus camaldulensis, con sus ramas cubiertas por Cardiospermum grandiflorum y Anredera cordifolia.
De todas ellas, la más problemática es Pitosporum undulatum, por su fácil confusión con las lauráceas que también producen gran cantidad de plántulas, sin contar con la presencia de Ageratina adenophora, cuya presencia parece incluso propiciarse por su belleza innegable.
Sin duda es imposible impedir que las semillas de las plantas alóctonas plantadas en el jardín germinen, pero sí sería deseable que se llevara un control más estricto con las plantas que crecen hasta alcanzar grandes portes (Eucaliptus, Pelargonium, Opuntia), y sobre todo un control más férreo en el barranquillo central, ya que por esta vía no sólo penetran de manera desordenada las invasoras más pertinaces en el jardín, sino que muchas plantas canarias, pero alóctonas en Gran Canaria, puedan traslocarse y dar problemas futuros por su posible hiridación, confusión en su distribución, etc. En resumidas cuentas, el Jardín necesita de una planificación del riesgo que suponen las plantas invasoras en el propio parque, y del que representan las especies cultivadas en él con relación al territorio donde se encuentra. No estaría de más tampoco, que el propio Jardín, que realiza una labor educativa muy importante, añadiese la problemática de las especies exóticas invasoras en sus itinerarios botánicos.
Es imposible añadir en esta entrada todas las imágenes de estas especies introducidas asilvestradas en el Jardín Canario, por eso se añade al blog una presentación de las especies nombradas aquí.
Otro día, si es posible, comentaremos los animales introducidos e invasores que también pueblan en Jardín, galápagos, gangrejos rojos americanos, gatos, etc.