En algún lugar del Complejo Mediambiental de Juan Grande (antes llamado vertedero de Juan Grande) pueden estar enterrados bajo toneladas de basura, datos que nos podrían ayudar a conocer cómo se produjo y se sigue produciendo el poblamiento natural de las Islas Canarias. Me explico.
El pasado 24 de mayo apareció en la prensa local una curiosa noticia con el titular de "Una marejada de madera llega a Canarias" (http://www.laprovincia.es/gran-canaria/2010/05/24/marejada-madera-llega-canarias/303352.html). Según nos decía el priodista, desde hacía unos 15 días estaban llegando a las playas de Gran Canaria y Fuerteventura una gran cantidad de troncos que no parecían haberse caido de un transporte, por sus formas retorcidas y el acompañamiento de ramas. El articulista se preguntaba sobre el origen de esta avenida de troncos, y se hacía eco de hipótesis tan sorprendentes como que pudieran llegar de Haití, o de las Islas Británicas. Desde hace años se habla de las balsas de ramas para explicar cómo pudieron llegar algunos invertebrados o pequeños vertebrados a las islas, y ahora parecía que se daba una oportunidad de oro para analizar este fenómeno, saber de dónde proceden los troncos, si traen algún propábulo (semillas, rizomas, etc.) que pueda crecer en las islas, en definitiva conocer de primera mano este fenómeno. El municipio grancanario donde mayor cantidad de troncos habían llegado era el de Mogán y allí llamé para saber qué hacían con esa madera. Muy amablemente me contestaron que en cuanto la recogían de las playas la llevaban toda al vertedero de Juan Grande, así que me acerqué a este lugar para comprobar con desolación que conforme entraban los camiones con las maderas los lanzaban al vertedero, al mismo lugar donde minutos después descargan la basura urbana, escombros o lo que toque. Me indicaron, también muy amablemente, que resultaría imposible encontrar ni un resto de las susodichas maderas. Aún así pudimos acrcarnos a las playas del sur donde aún pueden verse una buena cantidad de estos restos, claro que sólo en las playas menos concurridas y de piedras, como el Balito o Tauro. En unas pocas horas de búsqueda encontramos restos de al menos 6 especies distintas. Los maderos mantienen restos de su corteza, por lo que podremos acercarnos a su determinación. La presencia de cirrípedos (Lepas sp, posiblemente Lepas anatifera) en abundancia sobre los restos indican que llevan flotando algún tiempo, y que no proceden de las propias islas, pero la presencia de corteza y el estado de conservación de algunos restos parecen indicar que su lugar de origen debe encontrarse en zonas no muy lejanas, la costa africana con mucha probabilidad.
Pero es lamentable comprobar que, si en dos playas y unas pocas horas puede obtenerse esta información, ¿qué podíamos haber aprendido de la gran cantidad de troncos y ramas que están ahora sepultados bajo toneladas de basura en Juan Grande? Sólo esperamos que la próxima vez que ocurra algo similar, las instituciones públicas reacciones con más agilidad y no perdamos otra oportunidad de conocer cómo llegaron las especies que pueblan nuestras islas.