Muchas son las especies exóticas asilvestradas en Fuerteventura (para una información más detallada, pueden consultar los trabajos de D. Brandes en la bibliteca de este mismo blog). No podían faltar las tuneras (
Opuntia maxima,
Opuntia dillenii), las piteras (
Agave americana), cultivadas a gran escala para obtención de fibras duras, el tabaco moro (
Nicotiana glauca), Calotropis proceras, la caña común (
Arundo donax), etc., ni los conejos, erizos de tierra, ratas, y demás animales geenrales a todo el Archipiélago. Pero entre las plantas pueden destacarse dos, por diferentes razones: la acacia majorera (
Acacia cyclops), y la correguela de playa (
Ipomoea pes-caprae), y entre los animales, sin duda la ardilla moruna (
Atlantoxerus getulus) y, como ejemplo de ave escapada de la cautividad, la cotorra argentina (
Myiopsitta monachus).
La acacia majorera está tan relacionada con esta isla que incluso se conoce en todo el Archipiélago con este sobrenombre. Mucha gente cree por ello que se trata de una planta canaria, aunque su origen sea Australia. Se ha empleado desde hace décadas en los intentos de plantaciones de Betancuria y Vega de Rio Palmas. También en zonas costeras comomrnamental, y ha invadido cauces de barrancos, asilvestrándose perfectamente y, al parecer no siendo apreciada por el ganado. Se reconoce fácilmente por sus vainas que se abren dejando al descubierto semillas negro-brillante con una carnosidad naranja que llama la atención de las aves que la dispersan.
La segunda planta es de introducción más reciente y procede quizá del Caribe, aunque hoy está extendida por todas las playas tropicales y subtropicales del planeta:
Ipomoea pes-caprae. Presente, de momento, en Lanzarote y Fuerteventura, esta enredadera tiene potencialidad para cubrir las playas de arena, si le son propicias unas mínimas condiciones hídricas. En esta isla está presente entre Butihondo y el Esquinzo, y su presencia, aumenta año tras año, pudiendo ser un problema para la ya mermada vegetación costera insular. Está considerada como una importante invasora en gran parte del Mundo: Hawaii, Norteamérica, etc.
De ente los animales, dejando a un lado la curiosidad de cabras y burros asilvestrados, el animal más conocido por los turistas y locales es la ardilla moruna. Traída desde el Sahara como mascota, se ha extendido por Fuerteventura, siendo frecuente sobre todo en las zonas periurbanas y urbanizaciones turísticas, donde son una importante atracción turística, ya que se han acostumbrado a la presencia humana y comen de su mano. Son animales omnívoros, comen tanto frutos silvestres y cultivados, como invertebrados, compitiendo seriamente por el hábitat con los lagartos, lisas y perenquenes autóctonos. Son transmisores de enfermedades, tanto para otros animales como para el hombre. Por todo ello se ha establecido una consciencia social, fuera de Fuerteventura, que permite que se detecte cualquier llegada de este animal a otras islas. Ya se han visto ardillas en Gran Canaria y Lanzarote (ver
http://www.lavozdelanzarote.com/article.php3?id_article=9153), aunque de momento no se conoce su asentamiento en estas islas. Pero en Fuerteventura no parece que existan planes de control o erradicación de la especie, y nadie les explica a los turistas lo perjudicial de la costumbre de dar de comer a las ardillas.
El último caso importante en Fuerteventura, así como en otras islas, es el asilvestramiento sobre todo de aves, procedentes de parques zoológicos turísticos, entre los que destacan las cotorras argentina y de Kramer, aunque el anidamiento de esta última no está comprobado en Fuerteventura. Otras aves también introducidas en Fuerteventura son el Ibis sagrado (
Threskiornis aethiopicus) y la tórtola de collar, (
Streptopelia roseogrisea). El escaso control que en ciertos parques turísticos pueden ejercer sobre estas aves hace que muchas de ellas puedan escaparse y colonizar los alrededores, o como en caso de las cotorras, moverse con libertad por una amplia zona. Muchas se escapan, pero sólo unas pocas lograr aclimatarse y anidar. La riqueza ornitológica majorera es enorme, y cualquier cosa que pueda afectarla debe ser tenida muy en cuenta.
Las islas no capitalinas, y sobre todo Fuerteventura, poco considerada generalmente desde el punto de vista medioambental y fuertemente alterada, posee una inmensa riqueza biológica que incluye decenas de endemismos, vegetales y animales. No permitamos que se sigan perdiendo para las generaciones futuras, y para las actuales.