viernes, 2 de marzo de 2012

El hermano mayor de los Pennisetum en Canarias: Pennisetum purpureum

Cansado ya de oir pros y contras sobre el decreto del catálogo de especies exóticas invasoras, me propongo no seguir con el tema. Además, tengo la seguridad de que el decreto se modificará no por contener al almendro o al castañero, sino por la presión de los pescadores de río de la Península Ibérica y de las comunidades autónomas donde se realiza esta pesca, que mueve cientos de miles de euros. Así que no reiteraré los artículos periodísticos que siguen erre que erre con el temita, ni los comunicados que los grupos ecologistas realizan con el propósito contrario. No nos cansemos, la decisión está tomada y no tiene nada que ver con las invasiones biológicas o con el medio natural. Es una pena, pero es así.
Dicho lo cual me dispongo a hablar de una especie exótica invasora poco tratada y conocida, al menos por mí antes de que J. Alfredo Reyes me abriese los ojos (gracias de nuevo). Se trata de Pennisetum purpureum, el pasto de elefante. Esta gramínea africana y tropical puede alcanzar los 3-6 m de altura, y se caracteriza por varios detalles: la pilosidad de su tallo, el matiz rojizo que adquieren las hojas al madurar, y la falsa espiga de flores, pequeña, para el porte de la planta.
Esta es una planta forrajera que se ha intentado introducir en las islas en varias ocasiones, siendo la primera referencia que tenemos de su presencia en Canarias su plantación, en 1955, en la Granja Experimental del Cabildo tinerfeño (referencia sacada de Forrajicultura y pascicultura, de H. León Jordán, Colección Agrícola Salvat, Barcelona, 1955). Más modernamente, en 1989, todavía se indicaba como una especie apropiada para su cultivo como forrajera en Canarias, concretamente en Tenerife (cf. en http://polired.upm.es/index.php/pastos/article/view/1621). Hoy se considera una especie exótica e invasora en buena parte del Mundo (ver en http://www.uwyo.edu/dgw/williams&baruch_2000.pdf; http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/09670870110065578; http://www.hear.org/species/pennisetum_purpureum/; etc.), mientras que por otro lado, se considera una importante forrajera tropical (comprobar en http://www.fao.org/DOCREP/005/X8486S/x8486s06.htm; http://agris.fao.org/agris-search/search/display.do?f=1998/QM/QM98001.xml;QM1997000059; etc.). Con una mano se corta y con la otra se planta. Sin duda se trata de una planta de gran interés forrajero en la zona de donde es originaria, e incluso en áreas donde las necesidades económicas hacen que ésta sea la máxima prioridad, pero en zonas de elavado nivel de vida, y con alternativas menos agresivas, no parece sensato proponer su expansión.
En Canarias está presente en La Palma, La Gomera, Tenerife, Lanzarote y Gran Canaria. En zonas que se encharcan periódicamente: bordes de carreteras y pistas, acequias abandonadas, depresiones del terreno, etc., por lo que puede encontrarse en cualquier ambiente cálido donde se den estas circunstancias. En Gran Canaria es posible verla sobre todo en la cara norte de la Isla: la carretera de Las Palmas a Teror, San Lorenzo, Moya, etc., no siendo difícil encontrarla. En situaciones propicias forma densas masas, similares a carrizales o cañaverales de tamaño medio, que limitan e impiden la regeneración de las especies autóctonas: sauces canarios, juncos, etc.Inflorescencia de Pennisetum purpureum


Porte de la planta en su época de floración


Porte de la planta antes de la floración


Característico tallo peludo de Pennisetum purpureum

2 comentarios :

Anónimo dijo...

Hola:

Felicidades una vez más por la clara información que expones en el blog.Hay que tener energía para aguantar todo lo que se ha dicho sobre el catálogo.

En cuanto a la Yerba guinea o Pasto elefante (P.purpureum) aunque sea una especie exótica, en base a mis observaciones personales, no sé hasta donde podría llegar su caracter invasor.

En la mayoría de lugares donde la he podido ver (especialmente en Los Silos, Tenerife), aunque ocupe extensiones relativamente importantes, no se ha expandido más allá de los lugares en los que fue cultivada (y hablo de plantaciones de al menos 50 años en barrancos y huertas). Parece ser que su capacidad para expandirse, al menos en zonas de medía baja, no es tan alta como la del Rabo de gato.

Un saludo,

Rubén

Anónimo dijo...

Hola Rubén. Efectivamente, su capacidad invora no es tan importante, en cuanto a la superficie ocupada, como la del rabo de gato, pero los ecosistemas que ocupa son muy sensible, sobre todo aquí en las islas que quedan tan pocos. Aún así, lo que sí hace, como bien dices, es quedarse en el sitio donde la plantan, sin ser expulsada cuando se abandona el cultivo, por lo que impide la regeneración natural de la zona.
Gracias por tus comentarios y tu participación en el blog.
Un saludo

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