miércoles, 5 de abril de 2023

El nisperero (Eriobotrya japonica), planta introducida y asilvestrada en el monte verde. ¿Con potencial invasor?

     Es tiempo de nísperos. Los nispereros (Eriobotrya japonica), son pequeños árboles muy utilizados en la la agricultura de medianías de casi todas las Islas. Es muy común verlos plantados alrededor de las casas de campo en todo el norte de Gran Canaria. Por lo general son viejos ejemplares que en estos meses de inicio de la primavera se muestran cargados de fruto. Es habitual ver pequeños ejemplares debajo de los más añojos. También es común ver nispereros resilientes, que perviven una vez que se abandonan las casas y que siguen floreciendo y fructificando sin cuidados. Esta naturalización de la especie y lo apreciado de sus frutos por mirlos, palomas y otras aves, ha permitido que se considere a esta especie como una planta introducida en Tenerife, La Palma, La Gomera, Lanzarote y Gran Canaria. Es interesante considerar que se han encontrado ejemplares de nispereros en tres Parques Nacionales tan distintos como La Caldera de Taburiente, Garajonay y Timanfaya, lo que habla de la gran plasticidad ecológica de la especie (confirmar en https://www.biodiversidadcanarias.es/biota/especie/F00440).

  Eriobrotrya japonica, nisperero plantado durante el proyecto Life+ Rabiche

    Todo esta historia del nisperero no es diferente a otras muchas plantas frutales u ornamentales que han saltado desde los jardines particulares o de los campos de cultivo a la naturaleza, únicamente naturalizándose, soportando la falta de cuidados, o también dispersándose por sus propios medios. Lo que hace singular el caso del nisperero es que además se ha empleado en plantaciones que, en principio tenían el objetivo de mejorar el entorno, mejorar el hábitat de la laurisilva. Esto sucedió, y puede que todavía suceda, en el marco del proyecto Life+ Rabiche, y el Post Life. Durante este proyecto, ejecutado en la Isla de Gran Canaria, una de las acciones, la C2, recibía el título de "Acciones de mejora de hábitat de las masas forestales de laurisilva, olmedas y gestión de formaciones pirófitas", y consistía, entre otras cosas en la plantación en las ZECs 39_GC “Barranco de La Virgen”, 52_GC “Barranco Oscuro” y 54_GC “Azuaje”, a las que se sumó la Finca de Osorio, de una serie de especies de la laurisilva canaria a las que se sumaban aguacateros (Persea americana), guindos (Prunus avium) y los nispereros. Las razones que se aducen para incluir estos árboles en el listado de especies a plantar en el proyecto son las siguientes:

"En los bosques de laurisilva más conservados de las islas de La Palma y Tenerife, ambas especies endémicas (se refiere a las especies de palomas endémicas) consumen frutos de árboles frutales de origen agrícola (concretamente consumen frutas de las especies Persea americana, Eryobrotria japonica y Prunus avium) que crecen en las superficies cultivadas próximas a los límites de los bosques de laurisilva. Ambas especies y especialmente Columba bollii se mueven varios kilómetros para alimentarse de estas especies frutales. En La Palma, C. bollii realiza importantes movimientos de alimentación en los bosques de pinos de la parte occidental de la isla, de mayo a julio, para alimentarse de los frutos de Prunus avium. La producción de frutos de las diferentes especies de árboles nativos de laurel pueden ser impredecibles y en algunos años las frutas son muy escasos y las palomas prácticamente no cría. Tener alternativas de frutales de alimentación puede ser muy importante durante las primeras fases de la reintroducción y estos árboles no son especies invasoras. Además, tener algunas especies frutales intercalados entre las especies nativas probablemente reduciría algunos daños a los árboles frutales en las áreas cultivadas evitando posibles conflictos con las áreas agrícolas próximas a los ZECs donde se procederá a la reintroducción de la paloma endémica Columba junoniae." (Informe ejecutivo temporada 2013-2014 - Proyecto LIFE12 NAT/ES/354 LIFE+ Rabiche https://www.liferabiche.com/sites/default/files/documentos/Informe%20de%20ejecuci%C3%B3n%20de%20las%20tareas%20de%20restauraci%C3%B3n%20ambiental_temporada%202013-2014_Acci%C3%B3n%20C.2_Web.pdf)

    En resumen, la elección se basa en que estas palomas utilizan en otras Islas estas especies como parte importante de su alimentación, por la importancia de estos frutales para asegurar recursos alimenticios en épocas desfavorables, y para reducir los posibles daños que las palomas puedan producir en los cultivos cercanos. Todo esto considerando que las tres especies no son invasoras.


     La previsión fue, en principio, plantar 2.000 aguacateros, 2.000 guindos y 4.000 nispereros, de los que, en marzo de 2014 se habían plantado 34, 260 y 100 ejemplares respectivamente. Nada sabemos de los aguacateros y guindos plantados, aunque dudamos mucho de que los primeros hayan podido sobrevivir sin cuidados, y los segundos, aunque más duros, sin duda habrán reducido mucho su producción. Pero sí podemos decir que la mayor parte de los nispereros están perfectamente aclimatados y fructificando abundantemente.

    No dudamos de las buenas intenciones de los técnicos que idearon el proyecto. Era necesario preparar el terreno para que se asentaran las palomas nacidas durante el proyecto. Aunque el papel de estas palomas en el ecosistema de la laurisilva se ve algo perturbado si se dedican a comer y dispersar nísperos en lugar de hacerlo con las plantas propias del ecosistema. Pero una vez estabilizada la población, como así parece, estos nispereros deberían ser eliminados para evitar que la presión del propábulo, la cantidad de semillas, sea tan alta que conviertan a esta especie en invasora, y aumente la competencia de esta planta (por los polinizadores, dispersores, etc.) con el resto de especies de la laurisilva grancanaria. Ya hay bastantes nispereros naturalizados por todo el norte grancanario para que sea necesario aumentar más aún su número.

    Ejemplar plantado en la Finca de Osorio (Gran Canaria), junto a madroños, tajinastes azules, acebiños, viñátigos, etc. Todavía mantiene en su base la malla plástica que lo protegía de herbívoros en sus primeros años de vida.

    Y créanme que lo decimos con gran sacrificio, ya que estos últimos años hemos estado colaborando para que las aves no dispersaran semillas de nísperos, compitiendo con ellas en la ingestión de estos sabrosos frutos.


 

 

 

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