lunes, 26 de febrero de 2018

Notiobia cupripennis: un escarabajo introducido en Canarias, posiblemente invasor. La escasa presencia de insectos en los catálogos de especies invasoras.

Es muy significativa la escasa representación que los insectos tienen en los listados de especies exóticas invasoras. En el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras, sólo hay señalados 12 taxones referidos a insectos: 10 especies y 2 géneros, destacando 5 especies de hormigas (https://www.boe.es/buscar/pdf/2013/BOE-A-2013-8565-consolidado.pdf). Entre las 100 especies invasoras más peligrosas tan sólo se incluyen 14, 5 especies de hormigas y 2 mosquitos (http://www.iucngisd.org/gisd/pdf/100Spanish.pdf). Si consideramos que el número de especies de insectos descritas hasta el momento ronda el millón, más que todo el resto de animales juntos, y que quedan por descubrir entre 6 y 10 millones más de especies (https://es.wikipedia.org/wiki/Insecta), podemos percibir claramente que poco o nada se sabe de la capacidad invasora de este grupo de invertebrados.
    Esto ocurre, entre otras cosas, por la escasa visibilidad que tienen estos animales frente a los vertebrados y las plantas, que copan todos los listados de especies invasoras. Sólo cuando su presencia es muy evidente, como ocurre con las plagas agrícolas o los animales ligados a la actividad humana, llegan a considerarse como especies invasoras.
     Pero sí existen multitud de insectos introducidos en cualquier región estudiada. En Canarias, según el último listado publicado de especies silvestres terrestres (http://www.gobiernodecanarias.org/medioambiente/piac/descargas/Biodiversidad/Listas-Especies/Lista_Especies_Silvestres.pdf), hay citadas 6.138 especies, de las que 2.320 son endémicas. No hay datos del grupo de los insectos, pero sí de los artrópodos. De este gran grupo se indica que hay más de 600 especies introducidas y sólo 66 artrópodos invasores.
   Queda mucho por estudiar ya que hasta hoy no hay trabajos sobre la capacidad de estos insectos de alterar ecosistemas naturales o seminaturales.
   Traemos aquí el ejemplo de un escarabajo, Notiobia cuprinennis, de nombre común cucalán americano cobrizo. Se trata de un insecto de origen sudamericano, propio de Argentina, Chile, Perú, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Su expansión incluye, además de las Islas Canarias, la Isla de Pascua y algunas localizaciones puntuales en zonas portuarias de Nueva York y Alemania. Su ecología es muy amplia, viviendo en bosques naturales y en zonas urbanas, desde la costa a los 4.000 m de altitud. Son animales granívoros y se conoce su depredación sobre plantas del género Amaranthus.
   En la ciudad de Las Palmas es un animal muy frecuente, donde prolifera en descampados, eriales, viviendo bajo la cobertura de Patellifolia patellaris, de la que seguramente se alimente.
Poco se sabe de su existencia en ecosistemas naturales, y menos del efecto que puede producir sobre la rica fauna entomológica de las islas (competencia, desplazamiento).
   En la población encontrada el número de individuos es muy elevado, pudiendo recogerse varias decenas de ejemplares en muy pocos metros cuadrados.
Esperemos que pronto tengamos más información para calibrar mejor el efecto de estas introducciones en el medio ambiente.

Mi agradecimiento para Aday Pérez (https://artropodolandia.blogspot.com.es/) por la determinación de esta especie. Muchas gracias.


 Aspecto frontal y lateral de Notiobia cupripennis. Este escarabajo se carcateriza por tener la cabeza y el pronoto (tórax) negros con brillo verde, y los élitros también negro pero con brillo cobrizo

 Grupo de ejemplares de Notiobia cupripennis recogidos en un pequeño espacio de tierra bajo Patellifolia patellaris

martes, 13 de febrero de 2018

Las gallinas asilvestradas: una oportunidad de estudio.

   Cada vez es más frecuentes, al menos en el norte de Gran Canaria, encontrarse gallinas asilvestradas en los bosques de monte verde. Son especialmente abundantes en la Finca de Osorio, en Teror, Gran Canaria, donde pueblan casi toda la superficie de la misma y escapan de sus límites, siendo en ocasiones un problema para la circulación. Pero las hemos visto también en el Brezal del Palmital, en algunos puntos del Bco. de La Virgen, en Valleseco, e incluso en zonas de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, como en un descampado próximo al barrio capitalino de La Paterna, e incluso en la Cruz de Tejeda, donde los animales viven en estado de semilibertad. La variedad de gallina que con mayor facilidad se asilvestra es la negra aperdizada, o negra colorada (más información sobre las variedades canarias de gallinas camperas pueden encontrar en la web https://lagallinacamperacanaria.wordpress.com, y en el perfil de facebook https://www.facebook.com/La-Gallina-Campera-Canaria-292709957442770/). Como en otros animales, los conejos europeos o los gatos por ejemplo, cuando una población de animales, inicialmente domésticos, lleva mucho tiempo asilvestrada, termina por parecerse a los animales originales del que derivan las variedades domésticas.
   Al parecer las gallinas domésticas derivan de la especie Gallus gallus bankiva, originaria del sudeste asiático, y es espectacular el parecido de estos gallos negros aperdizados canarios con los gallos bankiva.
   Pero más interesante que este hecho, ya de por sí importante, nos parece fundamental conocer cuál es el efecto que producen estas poblaciones de gallinas silvestres en lugares de tanta importancia ambiental como los incipientes bosques de laurisilva de Gran Canaria. Las gallinas silvestres ayudarán a dispersarse a algunas especies, depredarán sobre insectos, y en definitiva, tendrán un efecto que debe cuantificarse para regular de manera eficiente su existencia. Pueden incluso resultar sustitutas de otras especies de aves que cumplen papeles similares en los bosques de laurisilva en otras islas, como la chocha perdiz (Scolopax rusticola), frecuente en los bosques de laurisilva de La Gomera, La Palma o Tenerife. O incluso ocupar el nicho de especies extintas desde la llegada del ser humano a las islas, como el verderón de Trias (Carduelis triasi) o el escribano patilargo (Emberiza alcoveri), albas especies que ocuparon los bosuqes de laurisilva de La Palma y Tenerife, respectivamente, que presentaban una disminución de sus capacidades voladoras y vivían y se alimentaban en el suelo, como lo hacen las gallinas en la actualidad. Todas son propuestas de trabajo que la presencia de estas gallinas asilvestradas nos invitan a iniciar.

 Gallo negro aperdizado o dorado en el interior del bosque de la Finca de Osorio, Teror-Gran Canaria
 
 Gallo bankiva en el parque nacional Kaeng Krachan, Tailandia. Fotografía de Jason Thompson - Flickr: Red Junglefowl, CC BY 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=30900317
Su parecido con la variedad canaria es muy grande

 Gallina hembra negra aperdizada con un grupo de juveniles en el verano de 2017 paseando en libertad por el interior del Brezal del Palmital, Guía-Gran Canaria.

 Gallinas de la variedad negra plata pasando un día frío en las ramas de un castañero en la Cruz de Tejeda. Viven en estado de semilibertad aprovechando la comida que les proporcionan los turistas.

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Las especies invasoras en el año internacional de la Biodiversidad