domingo, 31 de enero de 2021

Conejos, rabo de gato, Tetragonia echinata, Malephora crocea, perros , ¡caballos! Lotus kunkelii. Entre todos lo mataron y él solito se murió.

    Desde hace unos 8 años un grupo de trabajo en el que participamos realiza un seguimiento de la población de Lotus kunkelii, la hierbamuda de Jinámar, tanto de la población natural como de las plantaciones que se realizaron en el SIC de Jinámar en 2013, 2014 y 2015. Para ello se visita todos los años la zona y se realiza un seguimiento de los adultos y plántulas que siguen creciendo en la zona repoblada. 

    Estas visitas peiódicas nos han permitido ver la evolución de estas plantaciones y de cómo afectan las especies introducidas a la misma, y la verdad es que el resultado es desolador. Gracias a la gran producción de semillas y al largo periodo de latencia que parecen tener, cada año que se producen lluvias suficientes, en toda la zona del SIC que fue objeto de plantación aparecen cientos de plántulas que, en muchos casos, logran convertirse en juveniles, pero ninguna, o casi ninguna, logran florecer y convertirse en adultos, lo que impide que se asienten nuevas poblaciones en el SIC. 

 Varias plántulas de Lotus kunkelii creciendo bajo un individuo seco.

Juvenil de Lotus kunkelii. La plántula se ramifica. Si no se muere o se la comen, este ejemplar puede florecer en dos meses

    ¿Qué impide que se produzca este paso? Muchas cosas: el mal estado del suelo, las largas épocas de sequía, pero también la presencia de muchas especies introducidas, sobre todo el conejo. El efecto de este mamífero sobre las plantas de Lotus kunkelii ya se ha comentado en este blog (http://invasionesbiologicas.blogspot.com/2015/12/efecto-de-la-depredacion-de-los-conejos.html). Las pruebas de las actuaciones de los conejos están por todo el SIC, y en algunos lugares son muy numerosas: escarbaduras, letrinas, etc., son muy habituales en la zona. Los efectos sobre las plántulas de Lotus kunkelii son también claramente perceptibles. En esta época, donde existe una importante biomasa vegetal de herbáceas, el efecto del conejo es menor sobre la especie que en verano, cuando la comida escasea, y aún así es frecuente ver estas plántulas cortadas y ramoneadas por el conejo. Parece que el mamífero siente alguna predilección por esta planta.


Juveniles de Lotus kunkelii ramoneados. Los extremos cortados propician una ramificación basal que caracteriza a estas plantas comidas por los conejos. Las ramas no crecen ni producen flores.

    Otro efecto del conejo sobre la vegetación es la nitrificación del suelo, comprobado en otros lugares y por estudiar en Jinámar. Las plantas anuales nitrófilas, barrillas (Mesembryanthemum crystallinum y M. nodiflorum), cenizos (Chenopodium murale), y las invasoras Tetragonia echinata y Atriplex semibaccata, son cada vez más frecuentes en la zona, sustituyendo a terófitos nativos y a alguno endémico como Senecio glaucus, Senecio flavus o Echium bonnetii.

 Plántulas de Lotus kunkelii creciendo entre ejemplares jóvenes de Mesembryanthemum nodiflorum. La competencia entre ambas hace complicado el crecimiento de las primeras, menos adaptada a estos suelos nitrófilos y poco estructurados.

Tetragonia echinata, invasora que aumenta su importancia en el SIC año tras año. Crece fácilmente en estas comunidades dominadas por barrillas.

    Otra invasora que está ocupando el SIC y que sólo afecta indirectamente a Lotus kunkelii es el omnipresente rabo de gato (Pennisetum setaceum), que junto a otras introducidas como Cascabela thevetia, varias especies del género Conyza, Datura inoxia, etc., ocupa el cauce de la Cañada Rica, ahora encharcado por las lluvias.

 Diversas imágenes del cauce de la Cañada Rica. Este cauce recoge el agua de parte de la autopista y de la ladera del cercano centro comercial del Mirador. Esta gran cantidad de agua erosiana la cañada y está transformando la vegetación del SIC.

    Por último, una planta invasora que está tomando fuerza en todas nuestras costas ya ha llegado a Jinámar. Se trata de Malephora crocea. Hasta hace poco estaba limitada al vecino cauce del Barranco de Telde, pero ya ha dado el salto a Jinámar.


Malephora crocea

    Y, sin tratarse de invasiones biológicas, son recalcables también la multitud de pruebas de la acción humana en toda la zona: basura, rodadas de bicicletas, excrementos de perros (no debe olvidarse que la playa de Jinámar es una playa para perros), y este año incluso detectamos la presencia de caballos. Sus huellas se encontraban a escasos 100 m de la población natural y pasaron por una zona donde se repobló y donde crecen ejemplares de esta especie.

 

Huellas de caballo vistas en las cercanías de la población natural de Lotus kunkelii, en plena zona de exclusión del SIC de Jinámar.

 

    En este Espacio Natural Protegido ya se realizó antes de la pandemia una reunión de casi 1000 personas para "limpiar la playa", una playa para perros, la presencia de gran cantidad de perros, con sus amos, paseando por las pistas del SIC, ciclistas, pescadores, paseantes,  jóvenes de botellón, y ahora un camino para caballos, todo por un sitio de especial interés natural y que soporta la única población conocida de Lotus kunkelii

¿Para cuándo un concierto de Los Sabandeños? Ya tarda.


 


 



domingo, 24 de enero de 2021

Las plantas que viven obligadas en los riscos por la presión de los herbívoros introducidos. El ejemplo del drago de Gran Canaria (Dracaena tamaranae)

    Este domingo aparece en la emisora de QPH radio (https://www.qphradio.org/) un programa dedicado al drago de Gran Canaria (Dracaena tamaranae) (https://www.qphradio.org/index.php?option=com_content&view=category&id=261&Itemid=415). Esta especie, ya emblemática de la botánica grancanaria, es la prueba viviente de la presión que ejercen los grandes herbívoros introducidos, sobre todo cabras, ovejas y conejos, sobre nuestra flora. En resumen, lo que se dice en el programa es que, hoy por hoy, existen muchas especies vegetales, entre las que se encuentra este drago, que sólo se encuentran en los riscos, viviendo en muy malas condiciones, ya que no pueden ocupar el suelo donde vivían de manera natural, dada la presión que ejercen estos animales. El cuello de botella, demográfico y genético, que esto produce, hace muy difícil la pervivencia de estas especies. 

    El drago de Gran Canaria tiene en la actualidad una población de unos 70 ejemplares creciendo en el medio, todos en riscos inaccesibles, con una elevada mortalidad y escasísima regeneración. Su aspecto, longevidad, capacidad reproductora, están condicionados por el hábitat que ocupan. Cuando se plantan semillas de este drago en el suelo, los ejemplares resultantes son muy diferentes a los que encontrtamos en la naturaleza, con el tronco más grueso, hojas más largas, etc. Tan sólo han pasado 25 años desde la descripción de esta especie y ya se ha conseguido obtener una buena cantidad de semillas, producir plántulas en el vivero, e incluso realizar intentos de reintroducción en el medio, que en su mayoría chocan con la presencia de los herbívoros introducidos. 

    Desde hace siglos el suelo es lava para esta especie, y para muchas mas. De nosotros depende reducir la temperatura de esta lava y que el drago grancanario, y otros muchas plantas exclusivas de las islas, tengan futuro.

 

 

 

Dracaena tamaranae en un risco de Gran Canaria (tomado de http://www.rinconesdelatlantico.es/num6/142.html)
 

Drago grancanario cultivado en el Jardín Canario, Viera y Clavijo. Las vallas parecen proteger las semillas de posibles recolectores.

 

 Grupo de dragos de Gran Canaria plantados en el Jardín Canario Viera y Clavijo

Drago común, Dracaena draco, comido por ovejas en San José del Álamo, en una repoblación con flora del bosque termófilo.





domingo, 10 de enero de 2021

Plantas introducidas periurbanas en Las Palmas de Gran Canarria de reciente aparición. ¿Problemas futuros?

    Por unas causas y otras, las últimas semanas hemos estado recorriendo los barrancos próximos a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria: Barranco Seco, Guiniguada, Tamaraceite, y han aparecido varias especies introducidas naturalizadas y en expansión, raras hasta el momento en la Isla, y cuyo origen es su uso como ornamentales. Son un ejemplo claro de lo que tratamos en la última entrada sobre la relación entre errores actuales y problemas futuros. Estas especies son Tetraclinis articulata, Senna artemisioides, Prosopis juliflora, Caesalpinia spinosa y Leucaena leucocephala. Las cuatro guardan muchas relaciones, tanto taxonómicas (caso de Senna, Prosopis, Caesalpinia y Leucaena), de biotipo (todas son leñosas, arbustos o árboles bajos) y recientemente introducidas en Canarias.

    Sobre Tetraclinis articulata ya hemos dedicado alguna entrada en este blog (http://invasionesbiologicas.blogspot.com/search/label/Tetraclinis%20articulata). Este árbol similar a un ciprés y que pertenecía a la flora canaria hace miles de años, aparece cada vez con más asiduidad en nuestros campos. Se ha encontrado en Barranco Seco, desde El Fondillo hasta la Batería de San Juan, en el Guiniguada, y cerca de Hoya Andrea. Crece con aparente facilidad en todo este sector. Su primera cita como asilvestrada en Canarias se produjo en 2014, hace escasamente 6 años.

 

 

 

 

 



 

 

 

 

 

 

 

 Ejemplar de Tetraclinis articulata en Barranco Seco, creciendo entre el tabaibal dulce en progresión.

    Senna artemisioides está más localizada, en el barranco de El Lasso, donde a finales de los años 60 se produjeron plantaciones de árboles ornamentales, aunque desconocemos si esta planta en concreto fue plantada también o si se asilvestró en otro momento. Hace muy poco, 2017 se citó por primera vez en Tenerife y el Sur de Gran Canaria. Esta especie se comporta como invasora en el sur de Estados Unidos y norte de México (https://www.invasiveplantatlas.org/subject.html?sub=48689; https://www.gbif.org/species/2957938). Habrá que controlar la progresión de esta planta que, en la zona donde crece, parece estar perfectamente aclimatada.

Varias imágenes de la población de Senna artemisioides en el Bco. de El Lasso.

    Prosopis juliflora es una vieja conocida de los jardineros en las Islas. Se emplea mucho en los ajardinamientos de las zonas turísticas de todas las Islas, por la sombra que produce y su frondosidad permanente, a pesar de la gran cantidad de hojas que produce. El mesquite, nombre mexicano de la planta, se citó como asilvestrado por primera vez en el sur de Gran Canaria, en 2013. En los alrededores de Las Palmas de Gran Canaria se plantó en la ya citada zona de El Lasso, donde crece de manera espontánea y también se ha asilvestrado, generando nuevos individuos a partir de las semillas producidas. Es una planta invasora y muy agresiva en varias partes del globo (https://www.cabi.org/isc/datasheet/43942; https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0254629914002336; https://core.ac.uk/download/pdf/234646903.pdf). Seguiremos la proliferación de esta planta en la zona.

Ejemplar adulto de Prosopis juliflora

 Ejemplar joven de mesquite.

  Inflorescencia de Prosopis juliflora

    Caesalpinia spinosa, introducida en Tenerife Gran Canaria y Fuerteventura. Esta planta ya se apuntó como asilvestrada en los años 70 del pasado siglo. Su proliferación en la jardinería en las últimas décadas a hecho repuntar esta presencia. Es una especie también invasora en otros puntos del globo (https://www.gbif.org/es/species/2958521)

 

 
Imágenes de Caesalpinia spinosa. Inflorescencia, grupo de ejemplares juveniles e individuo creciendo en la base de una torreta eléctrica.

    Leucaena leucocephala es quizá la que mayor agresividad muestra en todos los cauces visitados, donde llega a formar bosquetes densos, sobre todo si tiene un aporte de agua suplementario por riego, pérdidas en canalizaciones, etc. También puede encontrarse en toda la ciudad, en bordes de carreteras, rotondas, y jardines. También citada en Canarias, donde está presente en todas las Islas, en los años 70. Es la única de las especies citadas en esta entrada que está incluida en el listado nacional de especies exóticas invasoras. A esta ya no es necesario realizarle un seguimiento, hay que pensar ya en la eliminación y en su control.

 Leucaena leucocephala, inflorescencia y frutos.
 
 

Grupo de ejemplares de Leucoena leucocephala formando un bosquete de galería en el fondo de un barranco. El agua procedente de la escorrentía de la carretera próxima aporta el recurso necesario a esta formación.

    Un simple paseo por los alrededores de una ciudad como Las Palmas de Gran Canaria permite hacerse una idea de cuáles pueden ser los problemas del futuro. Cuando termine de llover volveremos a zonas más alejadas.


domingo, 3 de enero de 2021

De aquellos polvos, estos lodos. Las invasiones de ahora, los errores de antaño. Las invasiones del futuro, los errores de hoy.

    Hoy no se discute la importancia del efecto que producen las especies invasoras sobre el medio. Para evitarlo tenemos una buena cantidad de normativa, todos los proyectos, planes de gestión, de organismos públicos y privados, tienen en cuenta este tema. Pero llama la atención que, cuando más concienciados estamos y mejores herramientas tenemos para evitarlas y combatirlas, el número de especies invasoras y sus efectos se multipiquen.

    Y esto tiene una explicación simple que muchas veces se nos escapa por nuestra falta de perspectiva, por la inmediatez en la que estamos sumidos desde hace años. Las invasiones actuales se deben, en gran parte, a los errores que cometimos hace 50 años: Pennisetum setaceum se introdujo en Canarias quizá en la década de los 50. La primera cita de esta planta asilvestrada se localiza en el Puerto de la Cruz en 1963; la ardilla moruna, Atlantoxerus getulus, se introdujo en Fuerteventura en 1965; muchas especies que hoy son un problema ambiental, como Cortaderia selloana, Whashingtonia robusta o Eschscholzia californica, fueron promovidas por los ajardinamientos de urbanizaciones y carreteras que conllevaron la expansión turística de esa misma época.

    Han sido necesarias varias décadas para que podamos apreciar el efecto de la expansión de estas especies. ¿Qué ocurrirá dentro de 50 años con las especies que hoy estamos introduciendo en las islas y que hoy no aparentan ser un problema? Las normas, los proyectos, no deberían limitarse a lo que hoy ya conocemos como especies invasoras, sino, en general, deberian evitar la introducción de especies en las Islas. Tenemos que sacar conclusiones de la historia vivida, si no, ¿de qué habrá servido tanto conocimiento acumulado y tanto dinero gastado? Sin contar con las posibles especies desaparecidas por este motivo, entre otros.

Imagen de Pennisetum setaceum en Guayedra. Tomada por Gunther Kunkel a finales de los años 60. Su primera cita en la zona se debe a P. Sunding en 1966

 

Aspecto actual de la invasión de Pennisetum setaceum en Guayedra (Gran Canaria)


Jardines del Aeropuerto de Los Rodeos en Tenerife hacia finales e los años 60. Entre los setos se observa un ejemplar joven de Cortaderia selloana. Hoy la planta está muy extendida por toda la zona.


Imagen de 1971 del antiguo Mirador de El Lasso, en Las Palmas de Gran Canaria. En primer término Cortaderia selloana.

 

Imagen de los ajardinamientos de la Playa de Los Cristianos (Tenerife). Año 1971. Cortaderia selloana a ambos lados de la carretera. Este tipo de ajardinamiento de carreteras sigue siendo habitual en las Islas.

 

Proliferación de Eschscholzia californica en las proximidades de Bandama (Gran Canaria)


Eschscholzia californica



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Las especies invasoras en el año internacional de la Biodiversidad