lunes, 6 de julio de 2020

Restos de podas. Así se dispersan algunas especies invasoras en espacios naturales.

    El tema de los restos de podas y de su mala gestión en los ambientes rurales, ya ha sido tratado en este blog (http://invasionesbiologicas.blogspot.com/2017/06/los-residuos-de-jardineria-y-podas-un.html), y también el de los ajardinamientos con plantas invasoras en zonas protegidas cercanos a espacios naturales de alto valor natural (http://invasionesbiologicas.blogspot.com/2019/12/ajardinamiento-de-zonas-rurales-mucho.html). Pero traemos aquí la consecuencia de ambos problemas, un ejemplo claro del perjuicio que ambos están ocasionando en muchos puntos de nuestras islas.
    Y la muestra se ha producido en el jardín aludido en la entrada de diciembre del año pasado, 2019. Recordemos que este ajardinamiento se encuentra en el borde del Parque Rural de Doramas y de la Finca de Osorio, emblema natural de la isla de Gran Canaria. Esta zona fue plantada con varias especies exóticas invasoras catalogadas, como Carpobrotus edulis, Austrocylindropuntia subulata Opuntia ficus-indica o Paraserianthes lophanta, y otras no catalogadas pero también con potencial invasor, como Agave attenuata, Crassula argentea, Solanum marginatum o Tithonia diversifolia.
Pues bien, el pasado mes de junio aparecieron cerca de dicho ajardinamiento, a escasos 150 m, restos de poda claramente procedentes del mismo, con Hedera helix, Carpobrotus edulis y Solanum marginatum como elementos más apreciables. Este pasado fin de semana, ya en julio, las plantas cortadas se habían secado y marchitado y aparecían claramente entre los restos las verdes ramas de Carpobrotus aparentemente ya enraizadas o en proceso de hacerlo, con los frutos del Solanum y otros muchos propábulos y semillas de las especies invasoras del jardín del que proceden estos restos. 
Lamentablemente, los 150 m de distancia entre el jardín y los restos se recorrieron hacia el interior del espacio protegido, al borde de una zona donde se ha repoblado con especies de monte verde, al lado de un matorral de zarzas, escobones, codesos y helechos, es decir, en zonas seminaturales en progresión.
    Es necesario, no sólo eliminar esos restos de poda y con ellos la posiblidad de que especies muy peligrosas para el entorno, como Paraserianthes lophanta, inexistente hasta el momento en la finca de Osorio, sino, sobre todo, eliminar estas prácticas formando al personal que se encarga de la creación y mantenimiento de estos ajardinamientos rurales. Esta labor sería muy útil, poco costosa y de gran impacto en la resolución de un gran problema ambiental. 
   Más vale prevenir.


Zona ajardinada, con las especies mencionadas: Paraserianthes lophanta, Opuntia, etc.

El borde inferior de Carpobrotus y Hedera, es el objeto de la poda, ya que crece tapizando la carretera y produce molestias al escaso tráfico de la zona.


 Localizaciones del jardín y de la zona donde se depositaron los restos de poda

Restos de poda a principio de junio de 2020. Lo reciente de la poda mantiene frescas las ramas de hiedra. La tierra que acompaña a la poda, procedente de la zona ajardinada, puede contener semillas y propábulos de las plantas que conforman el jardín.

 Los mismos restos de poda el 3 de julio de 2020. Las ramas de hiedra, ya secas, dejan ver las partes verdes y en proceso de enraizamiento de Carpobrotus edulis. También son visibles gran cantidad de frutos de Solanum marginatum.

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