miércoles, 30 de septiembre de 2020

El negacionismo nos invade.

    La pandemia que nos ocupa estos meses, provocada por la COVID-19, ha hecho popular el negacionismo. Este comportamiento humano consiste en negar la realidad para no ver una verdad incómoda, se niega una verdad empíricamente verificable para acogerse a una mentira más cómoda. No es algo nuevo, el negacionismo más conocido es el que piensa que el holocausto judío de la segunda guerra mundial no existió, o el que niega la efectividad de las vacunas, e incluso el que cree en que la Tierra es pana. A mucha gente les hace gracia oir a una persona defender que con la tecnología 5G nos van a controlar, o que un grupo de personas van a embarcarse para ir al borde del Planeta. Y los políticos y gestores, lógicamente no les hacen caso ni promulgan leyes pensando en que se van a enfadar o van a manifestarse.

    ¿Por qué entonces no se hace lo mismo con aquellos grupos que no creen en los trabajos científicos internacionales que dicen que gatos, cabras, conejos, producen graves daños en el medio de aquellos territorios de donde no son nativos, sobre todo en las Islas?

    Las personas que niegan esta realidad, incómoda para todos ya que implica gasto de dinero, trabajo, etc., son también negacionistas, pero en cambio, los gestores cambian sus planes y proyectos para no enfrentarse a ellas. Cuando se niegan verdades verificadas empíricamente infinidad de veces, para no enfrentar una verdad incómoda, se está llevando a cabo un comportamiento negacionista. Y lo peor es que se enfrentan las opiniones de algunos, y los resultados científicos de muchos. Como el Dr. Invadator diría: Two worlds


2 comentarios :

Anónimo dijo...

buenos días, al margen de los graves daños que ocasionan los animales mencionados que son muy visibles en muchas zonas, tengo curiosidad por saber si hay algún dato documentado de que cabras, conejos etc., hayan extinguido alguna especie vegetal en las islas o otros lugares del planeta, porque por la actividad humana si que hay y muchísimas...

Saludos

Marcos Salas Pascual dijo...

Hola Anónimo, muchas gracias por participar en el blog. El ser humano tiene muchas maneras de extinguir especies, vegetales y animales, la principal es destruir el hábitat donde viven, y una forma de destruirlo, además de quemarlo, arrancar los vegetales, etc., es introduciendo ganado y asilvestrando animales. Conocemos que, en Canarias, ratones, ratas y conejos propiciaron la extinción de varias especies animales, el ratón de malpaís, una pardela que hacía sus nidos en la arena de Fuerteventura, las ratas gigantes de Tenerife y Gran Canaria, lagartos gigantes en Tenerife y La Palma, etc. Lamentablemente los vegetales no dejan restos de su extinción. Las especies Solanum nava y Kunkeliella psilotoclada se dan por desaparecidas, con mucha culpa de los conejos, pero seguramente hay muchas plantas que nunca hemos llegado a conocer y que se extinguieron cuando el hombre llegó a las islas y se asilvestraron cabras, conejos, ovejas, gatos e incluso cerdos. Que el último ejemplar de Solanum nava haya sido comido por una cabra o por un conejo, es algo que desconocemos y que nunca podremos saber, pero que la acción de ambos animales ha promovido la desaparición de esta especie es un hecho. El que los animales domésticos se asilvestren es una consecuencia de la acción humana. Una cosa no quita la otra. Un saludo y de nuevo gracias por participar en el blog.

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