lunes, 22 de febrero de 2021

De cardones protectores, herbívoros introducidos y sociedades agropastoriles.

 De los creadores de "el suelo es lava" (http://invasionesbiologicas.blogspot.com/2021/01/las-plantas-que-viven-obligadas-en-los.html), hoy presentamos el cuento del lobo y los 7 cabritillos al revés.

Los mismos responsables de que muchas plantas vivan exclusivamente en riscos y acantilados por su imposibilidad de crecer en el suelo sin ser comidas por ellos, han transformado nuestras formaciones vegetales de tal manera que hoy nos resulta muy difícil imaginarnos cómo pudieron ser en un origen, y por tanto llevar a cabo restauraciones ecológicas reales. 

El pasado 21 de  febrero, en la emisora QPH se presentó un programa que trata de la importancia del cardón, Euphorbia canariensis, como protector de otras muchas especies vegetales autóctonas o endémicas, que escapan de estos herbívoros creciendo refugiados entre los tallos tóxicos de esta especie (http://www.qphradio.org/index.php?option=com_content&view=article&id=4489:el-cardon-un-simbolo-protector&catid=261&Itemid=415). Cornicales (Periploca leavigata), tasaigos (Rubia fruticosa), esparragueras (Asparagus spp.), pero también acebuches (Olea cerasiformis), almácigos (Pistacia atlantica), etc., han podido sobrevivir al pastoreo extensivo y a los animales aslvestrados al crecer en el interior de estos arbustos. Pero el aspecto de los cardonales en la actualidad dista mucho de lo que pudo ser antes de la colonización humana de estas islas. Algunas de estas formaciones, tenidas hoy como las más representativas de las islas, son en realidad cardonales adehesados, con mucho espacio libre entre cardón y cardón, con escasa cobertura, y con una composición florística ben distinta  a la original. Las especies hoy dominantes, tabaibas (Euphorbia regis-jubae, E. lamarckii, Euphorbia balsamifera), cardones, cardoncillos (Ceropegia fusca), tóxicas para el ganado, se vieron favorecidas frente a otra que fuesen más palatables. 

El cuento del lobo y los  7 cabritillos nos dice que una cabra dejó en casa a los 7 cabritillos y se fue, y el lobo intentaba convencer a los baifillos de que le abrieran haciéndose pasar por su madre. En el cardonal, los papeles están cambiados, las cabras, conejos, etc., hacen de lobo, y las plantas protegidas dentro del cardón son los inocentes cabritillos. La mayor parte de los cuentos se generaron en una sociedad agropastoril, por lo que los papeles de buenos y malos están repartidos siempre a favor del ganado o del leñador, mientras que lobos y bosques eran seres oscuros y malvados. Quizá es ya hora de cambiar de mentalidad.

Cardón protegiendo un acebuche e incluso una tunera india (Opuntia dillenii)


Cardones con almácigos en el Valle de Agaete (Gran Canaria)

Cardonal en Tirma. Entre los cardones, y no dentro, crecen tabaibas, cornicales, y otros arbustos propios de esta comunidad

Cardonal adehesado de Amurga. Entre los cardones hay extensas zonas sin vegetación arbustiva que, por la disminución de la carga ganadera, inicia una lenta regeneración.




2 comentarios :

Anónimo dijo...

El sur de Gran Canaria le debe una gran reforestación al cardonal-tabaibal.

Que se sepa se llegó a realizar una pequeña en Tirma y funcionó bastante bien.

Son un ecosistema muy importante, y además retiene la erosión que ya estamos viendo cómo avance en los márgenes de la GC1 desde Pasito Blanco hasta Arguineguín, antiguos cercados de cultivos hoy abandonados y expuestos a las inclemencias.

Además, son un reclamo turístico con un paisaje característico y que enamora por su exotismo a los nórdicos.

Marcos Salas Pascual dijo...

Totalmente de acuerdo, o simplemente dejar que la naturaleza realice su trabajo, con alguna ayudita para recuperar especies raras o en peligro. Un saludo y gracias por sus comentarios.

DEJE SUS COMENTARIOS, SU OPINIÓN NOS INTERESA

LEAVE YOUR COMMENTS, your opinion matters

Las especies invasoras en el año internacional de la Biodiversidad