miércoles, 25 de enero de 2017

Anillamiento de palmeras en Las Palmas de Gran Canaria: una buena iniciativa, una generalización probablemente innecesaria, un impacto visual importante y unas ratas escaladoras.

El pasado diciembre nos encontrábamos en la prensa local la noticia de que el ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria pretendía anillar unas 3.000 palmeras en la ciudad (ver http://www.laprovincia.es/las-palmas/2016/12/15/parques-jardines-pone-3000-anillos/890513.html; http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=445170). El motivo es evitar el daño sobre las palmeras de las mayores especies invasoras que existen en el Planeta, las ratas (la rata negra, Rattus norvegicus, y la rata común, Rattus rattus), causantes de multitud de extinciones, de enfermedades y plagas desde hace siglos, y de un gasto continuo por parte de organismos oficiales para intentar su control.
El sistema tampoco es nuevo. Se utiliza desde hace mucho en La Gomera para evitar que las ratas alcancen los cogollos de las palmeras cuando están en aprovechamiento, extrayéndoles la savia o guarapo. También se emplea en otros lugares de la Península donde las palmeras sufren los mismo ataques de los roedores (por ejemplo en Murcia http://www.laverdad.es/murcia/v/20130611/murcia/anillan-troncos-palmeras-para-20130611.html).
La iniciativa se saludó con alegría por parte de todo el mundo, excepto por las ratas se entiende.
Desde entonces se han ido colocando estas anillas a las palmeras de los principales parques y jardines de la ciudad, pero se están colocando tanto a las palmeras canarias, datileras, y a los múltiples híbridos entre ambas que pueblan nuestros jardines, como a las palmeras de abanico, al menos a las de la especie Washingtonia robusta. Estas palmeras tienen un tallo o estipe mucho más delgado que el de la palmera canaria, mucho más alto y liso en su mayoría. De tal forma que sería muy difícil que una rata pudiera subir por ellas hasta la copa. Y otra pregunta, ¿para qué subiría una rata a estas palmeras? Sus frutos son pequeños y poco carnosos, no como los dátiles y támaras del género Phoenix al que pertenecen la palmera canaria y sus congéneres.
En definitiva, la medida nos parece muy interesante tanto para evitar la proliferación de ratas en la ciudad como para impedir que estos animales suban a las palmeras a comer sus frutos. Pero no ocurre lo mismo en las palmeras de abanico. El ingente número de estas palmeras americanas que existen en la ciudad hace que gran parte de las 3.000 anillas que se pensaban emplear lo sean en esta especie, siendo un gasto bastante inútil, dejando quizá otras palmeras sin protección y produciendo un impacto visual importante. No olvidemos que la utilidad de estas palmeras es meramente ornamental, y si dejan de realizar esta función, no tendrá sentido su presencia en la ciudad. Sobre todo si pensamos en el potencial invasor demostrado por esta especie.
 
 Palmera canaria (Phoenix canariensis) anillada para preservarla del ataque de ratas (esto sí)


Grupos de palmeras de abanico (Washingtonia robusta) anilladas. Su altura y su estipe delgado y liso hacen muy difícil imaginar que una rata, sin el instrumental adecuado, pueda subir hasta las copas (esto no hace falta)



En ocasiones los estipes de Washingtonia robusta no pierden la base de las hojas viejas y no es liso. Esto facilitaría la subida de las ratas hasta la copa pero, ¿para qué subiría una rata a una de estas palmeras? Nótese también el impacto visual de las anillas cuando el grupo de palmeras es tan abigarrado como en las imágenes anteriores.

lunes, 16 de enero de 2017

Especies introducidas en Canarias entre las 100 especies exóticas más peligrosas de la Tierra.

    Hoy aparece en la prensa local, en su edición en papel, un artículo escrito por los amigos Vicente Escobio y Rubén Naranjo sobre las especies invasoras en Gran Canaria, enfocándose sobre todo en los ecositemas acuáticos. Interesante trabajo donde nos citan como fuente, muchas gracias a los autores por ello.
     En el artículo se cita el informe sobre las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, publicado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), un intersante documento que puede consultarse libremente en la red, http://www.iucngisd.org/gisd/pdf/100Spanish.pdf, y a la que hemos aludido en otras entradas. Tal como dicen los autores en el texto, en dicha lista se incluyen 10 animales que están introducidos en Canarias (ya que la ardilla moruna no está en el informe). Pero en los titulares se indica que son 11 de las 100 especies las que están en Canarias, y no, no son 11 las especies citadas, ya que los autores sólo indican el número de animales. Si a los 10 animales citados por Vicente y Rubén, les añadimos las plantas, el número se eleva a 21. Si además incluimos las dos especies que estan en la lista pero se consideran autóctonas en Canarias, el número total de las 100 especies que crecen en Canarias es de 23, casi el 25%. Estas son las siguientes:


Arundo donax, caña común (todas)
Capra hircus, cabra doméstica (todas)
Cyprinus carpio, carpa (H,P,T,GC)
Acridotheres tristes, miná (P,T,GC)
Felis catus, gato doméstico (todas)
Gambusia affinis, gambusino (T,GC)
Hedychium gardnerianum (T)
Imperata cilíndrica (GC,F)
Lantana cámara (P,G,T,GC,F,L)
Leucaena leucocephala (H,G,GC,L)
Linepithema humile, hormiga argentina (todas)
Mus musculus, ratón (todas)
Oryctolagus cuniculus, conejo común europeo (todas)
Pomacea canaliculata, caracol manzana (GC)
Rattus rattus, rata (todas)
Salvinia molesta (GC)
Ulex auropaeus, tojo (T)
Sturnus vulgaris, estornino (T, GC)

Especies cultivadas o criadas y asilvestradas, no incluidas en el listado de especies terrestres de Canarias (http://www.gobiernodecanarias.org/medioambiente/piac/descargas/Biodiversidad/Listas-Especies/Lista_Especies_Silvestres.pdf)
Eichhornia crasiipes, Jacinto de agua
Schinus terebinthifolius, turbito
Trachemys scripta elegans, galápago de Florida

Especies consideradas autóctonas en Canarias
Myrica faya, faya
Pheidole megacephala, hormiga leona

Que una especie no aparezca en este listado internacional no indica que no sea invasora o dañina, ya que muchas especies invasoras sólo lo son en algunos ambientes, o quizá no son deasiado dañinas desde el punto de vista económico (no forman plagas, no producen gastos para su control, etc.), pero sí transforman ecosistemas y dañan el medio. 
Son todas las que están, pero no están todas las que son.
Imagen del artículo publicado en Canarias7 por Vicente Escobio y Rubén Naranjo. Gracias por su trabajo, interés y citación.

sábado, 14 de enero de 2017

De traslocaciones, híbridos y mucha pasta. Híbridos de Echium wildpretii.

Las traslocaciones son introducciones de especies o subespecies alóctonas, emparentadas con las autóctonas. En los archipiélagos como el Canario, se ha utilizado este término para denominar a las introducciones de especies de una isla en otra, y ya ha sdo objeto de varias entradas en este blog (ver 
http://invasionesbiologicas.blogspot.com.es/search/label/traslocaciones). Claros ejemplos son la introducción de especies de los géneros Limonium y Echium de una isla a otra: Limonium arboreum en Gran Canaria, Echium decaisneis en Tenerife, etc. O incluso en una misma isla, la introducción de una especie en el territorio de otra, como ocurre con Schizogyne sericea y S. glaberrima en Gran Canaria. El peligro más claro de estas traslocaciones es la hibridación entre estas espcies traslocadas y las autóctonas, de la que ya se han dado múltiples casos (hibridación entre Schizogyne sericea y S. glaberrima, entre Echium decaisneis y E. simplex, etc.). La hibridación de dos especies es un fenómeno que puede hacer peligrar la pureza genética y el futuro de una especie, la de territorio más reducido, como ocurre con la palmera canaria y la datilera. Pero que también abre posibilidades de aplicación en otros campos como la agricultura y la jardinería. Gran parte de los cultivos actuales derivan de la hibridación, natural o forzada, de diferentes variedades o especies.
     Todo esto viene de una visita a la cumbre de Gran Canaria, donde desde hace años se utiliza como ornamental el taginaste rojo del Teide, Echium wildpretii. Este endemismo de las islas de Tenerife (la subespecie wildpretii) y La Palma (subespecie trichosiphon), se ha asilvestrado en las proximidades de donde se ha plantado (Llanos de la Pez, Cruz de Tejeda, Hoya del Gamonal). Y lo que es más interesante, se ha hibridado con el endemismo local Echium decaisneis, dando lugar a ejemplares ramificados, con hojas de aspecto intermedio entre los progenitores. De momento no hemos visto las inflorecencias, pero los restos obsrvados de las de años anteriores nos muestran unas inflorescencias cilíndricas también de forma intermedia entre las de sus padres. Falta observar el color de las mismas.

 Aspecto del híbrido entre Echium decaisneis y Echium wildpretii, de gran tamaño en las cercanías de la Cruz de Tejeda.

Híbrido y ejemplares de Echium wildpretii. La inflorescencia seca y las hojas del híbrido muestran caracteres intermedios.

     Todo esto no es nuevo. Lo que nos llamó grandemente la atención es el resultado de la búsqueda en la red de información sobre las hibridaciones de Echium wildpretii. Resulta que existen muchas páginas que venden semillas de lo que denominan "pink fountain", un presunto híbrido entre Echium wildpretii y Echium pininana, un raro endemismo palmero. Algunas de estas páginas son:

     y si realizamos una búsqueda de este presunto híbrido en google imágenes, nos aparece la siguiente pantalla:
      Una imagen colorida de una gran variedad de taginastes aparentemente híbridos entre Echium wildpretii, Echium euberianum, Echium pininana y Echium simplex. Los ejemplares similares a Echium wildpretii pero de coloración azul pueden verse en la naturaleza, en Las Cañadas del Teide, y se describen como híbridos entre Echium wildpretii y E. auberianum. Los de coloración rosada pueden ser la subespecie palmera de Echium wildpretii, pero si la inflorescencia tiene hojas largas, sobresalientes, como ocurre en E. pininana la cosa se complica.
     No sólo está en cuestión la utilización económica de endemismos en peligro de extinción, sin control, sino que estos híbridos puedan llegar a Canarias y montarse una buena. En unos años podemos tener serias dificultades para reconocer estas especies.
     Se hace necesario un control del comercio y la entrada de estas plantas en las Islas, de una mayor vigilancia sobre la traslocación de especies entre islas y de un esclarecimiento de la legalidad de estas prácticas comerciales.



sábado, 7 de enero de 2017

Moricandia arvensis. De costa a cumbre.

Hasta el momento sólo conocía a la planta introducida Moricandia arvensis, de la costa y las medianías bajas del noreste de Gran Canaria, desde Las Palmas de Gran Canaria hasta Gando. Pero ya ha alcanzado la cumbre de la Isla, ocupando los alrededores de las instalaciones de Parador de la Cruz de Tejeda, creciendo junto a las retamas amarillas (Teline microphylla) y los pinos canarios. La plasticidad ecológica de cada especie es un factor importante para conocer su capacidad invasora. Una especie como la que aquí mencionamos, que sea capaz de vivir tanto en la costa como en la cumbre puede ser una candidata para convertirse en invasora. Quizá no constituía un grave problema en la zona más seca de la Isla, pero ahora que alcanza nuevos hábitats habrá que estar vigilante sobre su capacidad invasora en estos lugares. Estaremos atentos.


 Ejemplar de Moricandia arvensis creciendo en Bocabarranco, en la costa de Telde.

 Ejemplar de la Cruz de Tejeda

 Detalle de las flores vialáceas de la especie

Grupo de ejemplares creciendo en el herbazal que acompaña a los claros del matorral de Teline microphylla en la Cruz de Tejeda

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Las especies invasoras en el año internacional de la Biodiversidad