lunes, 22 de mayo de 2017

Las especies arbóreas introducidas en el Pinar de Santa Cristina y El Brezal del Palmital (Gran Canaria). Un problema para la restauración del hábitat.

Cuando se plantea una tarea de restauración del hábitat siempre se piensa en reintroducir las especies que formaban dicho hábitat: plantar, soltar fauna, etc., pero no es menos importante eliminar las especies alóctonas que pueden inferir en la correcta restauración. Esto ocurre con mucha normalidad (Tamadaba-Gran Canaria, Corona Forestal-Tenerife, etc.), pero quizá el ejemplo más notable de este hecho puede verse en uno de los espacios naturales protegidos más emblemáticos de Gran Canaria, la Reserva Natural Especial de El Brezal, entre Santa Cristina y El Palmital, en el norte de la Isla. Se trata quizá de la mejor representación de un brezal que existe en la Isla. Este espacio natural se integra por el brezal propiamente dicho, y una serie de zonas más o menos conservadas entre las que destaca el Pinar de Santa Cristina, una zona llana que fue plantada en su día de especies forestales como Pinus pinea, Pinus halepensis, Pinus radiata y Cupressus macrocarpa. Este sector del espacio presenta un gran potencial para regenerar comunidades de monte verde, por lo que ha sido objeto de repoblaciones con especies autóctonas como Arbutus canariensis, Isoplexis chalcantha, Ilex canariensis, Visnea mocanera, Persea indica, etc. Pero esta labor necesaria choca con la enorme capacidad propogativa de las especies introducidas, sobre todo de los pinos Pinus halepensis, Pinus pinea y el ciprés Cupressus macrocarpa. Estos árboles no sólo perjudican la regeneración del brezal, que se produce por sus propios medios, sino que dificulta el desarrollo de las plantaciones. El árbol autóctono que parece tener una mejor regeneración es el madroño canario, pero su grado de desarrollo es menor que el de pinos y cipreses por lo que queda rodeado por los juveniles de éstos y termina muriendo.
Pero el problema no es sólo que las poblaciones de especies introducidas se mantengan en equilibrio y no se vean desplazadas por las autóctonas, sino que incluso se están introduciendo en el brezal más denso, donde es posible encontrar ejemplares de pino y ciprés de varias clases de edad, desde plántulas hasta árboles jóvenes de pocos metros.
Si se mantiene esta dinámica es probable que el brezal natural pueda quedar entremezclado con las especies foráneas, alterando su fisionomía y ecología (suelo, luminosidad en el subvuelo, etc.).
Es necesario, tras lo visto en este espacio natural, considerado Reserva Especial, la eliminación de los árboles introducidos de toda la zona protegida, y mantener campañas de erradicación de ejemplares jóvenes y plántulas durante varios años. Es una labor larga y costosa pero necesaria si queremos mantener la mejor muestra de brezal de Gran Canaria que poseemos en la actualidad.

Situación de la Reserva Natural Especial de El Brezal
 
 Zona A: Llano donde se plantaron las especies forestales aludidas (Pinus spp y Cupressus macrocarpa) y que viene siendo regularmente reforestada con especies autóctonas (Ilex, Arbutus, Persea, etc.)
Zona B: Fayal-Brezal natural (con línea discontinua se señala la zona ampliada en la imagen siguiente)

 Imágenes de detalle de la zona del brezal señalada con línea discontinua. Es la zona de contacto entre el brezal y las zonas plantas con árboles alóctonos. En la imagen superior en la actualidad (2015) y en la inferior en 2002. Puede comprobarse la mayor densidad actual de puntos rojos, que indican la presencia de un árbol (pino o ciprés) entre el brezal.

 Ejemplares jóvenes de Pinus halepensis cubriendo y ahogando repoblaciones de especies autóctonas (madroños canarios, fayas, etc.)

 En primer término un ejemplar juvenil de Isoplexis chalcantha, procedente de la regeneración natural a partir de ejemplares plantados. A su lado, detrás, un ejemplar juvenil de Pinus pinea.

 
Plántulas y juveniles de Pinus pinea. Las plántulas de todos los árboles forestales alóctonos son muy frecuentes en la zona.

 Ejemplares jóvenes de Ciprés (Cupressus macrocarpa) en la zona del Pinar de Santa Cristina, en el borde superior del brezal natural.




 Ejemplar muy joven de ciprés. Todavía las hojas no se han trasformado en las escamas que serán al madurar. Las plántulas de esta especie son muy frecuentes incluso en el interior del brezal.

Visión del brezal natural. En primer término, y por encima de brezos, granadillos, etc., aparece la copa de un ciprés joven.

Por debajo de las copas, el ciprés no se distingue fácilmente del resto de integrantes del brezal. Es el tronco recto de color oscuro que cruza la imagen hacia el centro de la misma.

2 comentarios :

David Nuez dijo...

Totalmente de acuerdo en todo. Se necesitan algunas campañas de erradicación, sobre todo después de los anillamientos que es cuando más germinación hay.

Marcos Salas Pascual dijo...

Hola David. Gracias por tu comentario. No vi ningún árbol anillado, aunque sí vaios sobre los que se había marcado un punto rojo, que imagino que serán los que eliminarán dentro de poco. Al morir los árboles más grandes y permitir la llegada de luz al suelo se produce la germinación masiva de plántulas, como comentas. Nunca había visto la germinación tan grande de pinos y cipreses, ni siquiera en un pinar natural. Un saludo y de nuevo gracias por tu participación en el blog.

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