sábado, 31 de julio de 2021

Sobre el problema de las cabras asilvestradas en Islas. Producto de nuestro tiempo.

    La humanidad siempre ha progresado "a hombros de gigantes", es decir, el conocimiento de una persona se fundamenta en lo conocido hasta ahora. La acumulación de saberes permite el progreso. Pero hoy muchos problemas que nos afectan de manera grave se intentan tratar como si lo aprendido hasta ahora no existiese, lo que nos lleva a cometer los mismos errores una y otra vez, a perder un tiempo valioso y a enfrascarnos en peleas estériles y estúpidas. De eso hablamos cuando nos referimos al problema de las cabras asilvestradas en Islas. 

Cabras en Anaga, Tenerife (tomada de https://planetacanario.com/la-prevista-matanza-a-tiros-de-mil-cabras-silvestres-en-tenerife-reaviva-la-polemica/, realizada por Javier Martín Carbajal)

    El problema de las cabras asilvestradas y el daño que producen en los ecosistemas insulares, los canarios entre ellos, es como un campo minado para cualquiera que pretenda tratarlo. En él se mezclan temas técnicos, éticos, sentimentales, históricos, etc., etc. En este blog lo venimos tratando desde nuestro nacimiento, siendo la primera entrada dedicada a este problema de 2009. Pero el problema ya se había detectado mucho antes y el primer trabajo científico sobre el tema en Canarias data de 1992. Se han puesto de relieve los datos científicos que se tienen sobre el problema, las opiniones de los que están en contra, se han confrontado en foros de discusión, en programas de televisión, en foros de internet, donde en ocasiones la discusión ha saltado por encima de la buena educación y en ocasiones de la legalidad, con amenazas e insultos.

    Ahora en Lanzarote, hace poco en Tenerife, sigue en Gran Canaria o La Gomera, en las Islas Baleares, y se repetirá una y otra vez si no se consigue un avance en la solución del problema. (https://www.lancelotdigital.com/lanzarote/corujo-preocupada-por-la-polemica-de-las-cabras-del-risco-de-famara; https://www.lavozdelanzarote.com/actualidad/sociedad/ademal-insta-gobierno-canarias-cabildo-cancelar-matanza-cabras-en-famara_206670_102.html; http://www.tamaimos.com/2018/01/23/las-cabras-guaniles-y-la-reserva-natural-especial-de-guigui/; https://diariodeavisos.elespanol.com/2020/09/la-cabras-siguen-campando-a-sus-anchas-en-anaga/; https://planetacanario.com/matar-las-cabras-como-propone-el-director-del-garajonay-es-la-deshumanizacion-de-la-ecologia/; https://www.facebook.com/1641754699485918/posts/2941567629504612/)

    Y ¿cuál es el problema? Muy sencillo, existen una gran cantidad de especies vegetales y animales en peligro de extinción por el efecto que producen las cabras asilvestradas en determinados lugares. Efectos sobre las plantas que depredan, sobre el suelo que endurecen unas veces, disgregan otras, nitrifican siempre. Favorecen la presencia de unas plantas, las que no se comen, como el rabo de gato (Pennisetum setaceum), en contra de las que sí se comen (muchas plantas endémicas) que terminan por desaparecer. Impiden la regeneración de estas plantas, modifican las formaciones vegetales, impidiendo que muchos animales que viven en estos ecosistemas puedan completar sus ciclos biológicos y por tanto también estén en peligro de desaparecer. Ya se han extinguido muchas especies desde la llegada del hombre a las islas, animales y vegetales. Pero eso ya pasó. Lo que nos debe preocupar ahora es solucionar lo que está ocurriendo ahora. El problema existe, es una realidad que innumerables trabajos científicos, realizados fuera y dentro de las Islas Canarias, han demostrado. No es discutible.

Cabra asilvestrada en La Galga, La Palma (https://planetacanario.com/abatir-las-cabras-asilvestradas-para-evitar-la-extincion-de-plantas-endemicas-es-una-actividad-legal-como-la-caza/)

     Los ecosistemas canarios no están adaptados a la presencia de los grandes herbívoros. Han evolucionado sin ellos. Sus plantas no tienen compuestos tóxicos que las protejan, ni sus semillas se dispersan por estos animales, cosa que sí ocurre con las plantas que han evolucionado en ambientes con presencia de grandes herbívoros, como ocurre en la Península Ibérica. El tiempo que llevan las cabras en las Islas no es suficiente para que las plantas y animales autóctonos se adapten a esta afección. La cabra no es autóctona en los ecosistemas canarios.

    Esta es la primera cuestión en la que debemos estar todos de acuerdo. Las cabras producen daños en los ecosistemas canarios, su acción contribuye a la extinción de especies e impide las labores de restauración ecológica que se pretendan realizar en las Islas. Esto tampoco tiene discusión.

    Por eso, cualquier actuación de este tipo (Montaña del Cedro en Gran Canaria, Famara en Lanzarote) se toparán con este problema. Si las cabras no se quitan de esas zonas no se conseguirán los objetivos pretendidos, con la pérdida de biodiversidad que ello conlleva. Biodiversidad que no puede reemplazarse y que representa una pérdida para toda la humanidad. Otro punto en el que tenemos que estar todos de acuerdo.

    Si hemos llegado a este punto sin que nadie haya insultado a nadie, sin que alguien haya puesto en duda años de investigación científica de innumerables autores españoles e internacionales, sin oír un “pues yo opino que…..” sustentado en discusiones de barra de bar, ya habremos avanzado mucho.

    A partir de este punto sólo falta pensar en cómo sacar a esas cabras de esos sitios. Hay varios métodos, sin duda, unos más caros y lentos que otros, pero a priori, nadie pone en duda que hay varios métodos. La discusión está en cuál es el mejor, y para valorar esto hay que hacerlo desde varios puntos de vista: cuál es el más eficaz, el más barato, el más sencillo, otros añadirán, el más ético, el más humanitario. Y esto también se sabe. El más sencillo, barato y rápido es el uso de armas de fuego (es el usado en el 80% de las actuaciones realizadas sobre este problema en todo el Mundo). En esta valoración hay que añadir el factor del relieve en donde viven estos animales: unos riscos inaccesibles donde es muy complicada su captura de otra manera. Aun así en muchas ocasiones se ha optado por las capturas, las apañadas, que tampoco son “inofensivas”, producen un enorme estrés en los animales, en los perros que se emplean para realizarlas, son peligrosas para humanos y animales, y son menos eficaces. Se necesitan muchas batidas y mucho tiempo para obtener menos éxito. Y el final es el mismo, los animales que se capturan son sacrificados. Y esto es así porque no puede ser de otra manera. Las cabras salvajes no pueden entrar dentro del circuito alimentario normal, ya que no tienen el seguimiento sanitario necesario que tiene cualquier animal para formar parte de un rebaño estabulado y producir leche o ser utilizado como alimento. La única solución es, una vez recogidas, meterla en un establo y tenerla allí hasta que muera. Tampoco parece muy humanitario ni ético.

    Pero aún así, existe sustancia para el debate, para intentar rebatir la opinión del otro con datos y con alternativas realizables. No con insultos ni con descalificaciones, que no llevan a ninguna parte. A nadie, créanme, a nadie, le gusta matar animales, ni cabras, ni gatos, incluso ni cucarachas, pero en ocasiones es necesario e inevitable para conseguir un objetivo necesario: que estos animales dejen de afectar al medio. Y los políticos que decidan, que ponderen las posibilidades, oigan a sus técnicos y asesores, y, sin que se sientan amenazados, tomen las decisiones más adecuadas para resolver un problema.

No parece tan difícil.

Y otra cosa, que los medios de comunicación no hagan de redes sociales, no se limiten al titular espectacular, a producir conflicto, a favorecer a los políticos más cercanos al medio, que no equiparen opiniones con resultados científicos. Vamos, que no azucen los sentimientos más profundos de la gente para que hagamos clic en sus noticias. “Lo que vas a ver te sorprenderá”.

Hay que avanzar en la solución del problema, antes de que se extingan más plantas y animales, antes de que los pocos políticos que intentan meterse en estos berenjenales, algunas veces forzados y otras veces, pocas, de motu proprio, digan que ni locos se les ocurre restaurar, repoblar o mejorar de alguna manera nuestro medio. Y si alguien tiene una solución mejor, por favor que la escriba a continuación en un comentario.

Gracias.

(Más información sobre sobre este tema en el blog pueden leerla en las siguientes entradas: http://invasionesbiologicas.blogspot.com/search/label/cabra%20dom%C3%A9stica?updated-max=2016-07-20T12:03:00%2B01:00&max-results=20&start=6&by-date=false)

 


miércoles, 21 de julio de 2021

Señores de Repsol, un poco de cuidado en su publicidad, no nos metan invasoras por autóctonas en sus proyectos de reforestación. Cúrrenselo un poco más, gracias.

     Hoy todo lo verde tiene tirón en la publicidad. Resulta que las empresas más contaminantes no hace mucho, las eléctricas, las petroleras, ahora se pirran por las renovables, por disminuir su huella de CO2, y por todo eso. Dejando el precio de la luz que pagamos los simples mortales (sería más sencillo encontrar la cuadratura del círculo que descifrar el porqué del precio actual de la electricidad), si eso es así, si la conversión se ha producido, pues que sea para bien, pero se les ve bastante el plumero. No se lo curran mucho. Y prueba de ello es la ultima publicidad de la Fundación Repsol que puede verse estos días en internet, en periódicos digitales, etc. Este es el gif que se ha detectado en el periódico local Canarias 7 (abajo).

 

 
    En principio, y a ojos de cualquier lector o usuario, todo muy bonito y verde. Cita los tres conceptos mágicos con los que nadie puede discrepar (a priori): reforestación, emisiones de CO2, impacto medioambiental positivo. Pero en el fondo, justo en el fondo del gif, se percibe que no todo es tan bonito. ¿Qué se ve en el fondo? Esto.
 

    Efectivamente, una acacia (del grupo de Acacia saligna) un género de especies alóctonas en España, y con varias especies invasoras. No parece lo más apropiado publicitar un proyecto de reforerestación  con este tipo de especies.
    Estamos seguros (casi) de que no era la intención de nadie provocar este equívoco. Puede ser culpa de la compañía publicitaria, pero si la fundación no tiene ningún técnico que se percatara del error mal vamos, poca garantía tendrán estos trabajos de reforestación. ¿Qué va a plantar? ¿Acacias? No sería la primera vez. Cuidadito con las compañías publicitarias y su gusto por alterar la realidad a su gusto para dar una imagen bonita (este tema ya se ha tratado en este blog con, por ejemplo, el curioso caso de la falsa acacia que daba piñas, http://invasionesbiologicas.blogspot.com/2018/03/la-falsa-acacia-que-da-pinas-no-es.html)
    Esperemos que se trate de un error, que se resuelva prontamente y que la pretendida voluntad de estas compañías por remediar parte del daño que ya se ha hecho no quede tan mal como su anuncio.
 
 
Arriba Acacia saligna (=A. cyanophylla), y abajo A. cyclops, dos de las especies de acacias utilizadas en la España más seca para "trabajos" de reforestación.




martes, 13 de julio de 2021

El género Erigeron (incl. Conyza), nueva incorporación a la sección Claves.

Se ha incorporado al blog, en su sección Claves, la página dedicada al género Erigeron (que incluye Conyza). Éste presenta en Canarias 6 especies (7, si consideramos a E. floribundus): E.bonariensis, E. sumatrensis, E. canadensis y E. gouanii (anteriormente incluidos en Conyza), E. karvinskianus y E. calderae. Este último es endémico de Tenerife, donde crece en las altas cumbres de la Isla. El resto se consideran introducidas, aunque el caso de E. gouanii podría ser discutible, al tratarse de una especie propia de las montañas africanas y adaptada a lugares rezumantes, por loq ue podría ser nativa. La especie más peligrosa, por su efecto sobre hábitats en retroceso como los rezumaderos y umbrías del monte verde, es E. karvinskianus, el resto son malas hierbas de zonas antropizadas, con presencia en cauces y lugares removidos, pero que raramente aparecen en ambientes naturales o seminaturales.

E. sumatrensis


E. bonariensis


E. canadensis


E. karvinskianus
 



 

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Las especies invasoras en el año internacional de la Biodiversidad