martes, 31 de diciembre de 2019

Intervenir o no en el medio: la eterna pregunta. El caso de los núcleos de alcornoques en zonas de monte verde de Gran Canaria.

    La restauración ecológica es un término bien conocido y utilizado para restaurar humedales, zonas mineras, grandes construcciones, como carreteras, presas, etc. Pero en todos estos casos se trata de lugares muy degradados que tienen esta consideración para todo el mundo, técnicos, científicos y ciudadanos en general. Pero esta percepción no es siempre compartida. Cuando se trata de restaurar lugares aparentemente "naturales", como campos abandonados, repoblaciones forestales, cultivos arbóreos, etc., la cosa se complica. ¿Es necesario restaurar ecológicamente las áreas acupadas por castañares que ya no se aprovechan, por plantaciones de pinares alóctonos, e incluso plantaciones de pinos autóctonos mal hubicados? Aquí ya hay grandes dudas y sensibles diferencias entre técnicos, cientificos y entre la gente en general.
    En ocasiones se tiene la idea de que la naturaleza es muy fuerte, y que con el tiempo volverá a ocupar su lugar, sin la necesidad de que intervenga la mano del hombre. Es más, si se intenta intervenir, aclarando zonas arboladas, eliminando especies exóticas, se topa con la oposición de algunos técnicos, medios de comunicación, y de diferentes colectivos que tienen la idea de que cualquier árbol debe ser conservado, que cualquier animal debe preservarse. Y a pesar de que estas ideas son claramente equivocadas (nótese la incongruencia de no permitir que se maten cabras pero sí serpientes, o que no se deje cortar un eucalipto que crece junto a una carretera y no se tenga inconveniente en cortar cientos de ellos para producir madera o papel), tienen mucha fuerza sobre los gestores, y éstos evitan tomar decisiones de este tipo, a pesar de tener el asesoramiento de sus propios técnicos.
    Para reforzar la apuesta por la restauracion ecológica, tal como ha sido claramente definida  por los organismos responsables del medio ambiente estatal (ver https://ieeb.fundacion-biodiversidad.es/sites/default/files/guia_practica_re_0.pdf), son necesarios trabajos científicos que prueben la necesidad de estas intervenciones. En esta vía debe interpretarse un artículo científico que acaba de ser publicado en la prestigiosa revista Forest Systems: Arévalo, JR, Naranjo-Cigala, A, Salas-Pascual, M, Padrón, EM, González-García, AM (2019). Species composition and structure of an exotic Quercus suber stand on the island of Gran Canaria (Canary Islands). Forest Systems, Volume 28, Issue 3, e014. https://doi.org/10.5424/fs/2019283-14887
    En este trabajo se estudian 13 parcelas en zona de monte verde, dominadas en la actualidad por el alcornoque (Quercus suber). En este estudio se analiza la estructura y la composición de especies en cada uno de estos lugares, y se obtiene una conclusión clara: no hay una evidencia clara de que la laurisilva se esté recuperando en estas zonas, al contrario, la población de alcornoques se mantiene, apareciendo como dominante en todas las clases de edad y tamaños.
    Es más, parece que se favorece la aparición de otras especies exóticas, y se favorecen unas especies frente a otras. Por ejemplo, son frecuentes Olea cerasiformis y Laurus novocanariensis, pero no se aprecia regeneración de otras especies comunes en la zona, como Erica arborea o Arbutus canariensis.
    Es importante resaltar que este estudio es válido para esta especie en estas zonas, pero no es generalizable para otras especies en este o en otro ambiente. Por jemplo, parece diferente el comportamiento que ofrece el castañero (Castanea sativa) en la propia zona del estudio, mientras que es similar el efecto que producen las especies del género Pinus en el seno del monte verde.
    El hecho de que la especie que produce la afección no esté en ninguna lista de especies exóticas invasoras, nos hace pensar en que estas listas no son siempre útiles para comprender el comportamiento invasor de algunas especies en  determinadas condiciones. Hay muchas especies que pueden actuar como invasoras localmente, caso de Quercus suber en Osorio o en el Barranco de Los Cernícalos, o de Pinus pinea en Pinus Dulces (Tamadaba).

Una de las zonas del alcornocal, prospectadas en la Finca de Osorio (Teror, Gran Canaria). Como se observa en la imagen, el bosquete está creado por ejemplares de diversas clases de edad, desde los más viejos, seguramente plantados, hasta los más jóvenes árboles de varios metros de altura, generados de manera natural a partir de las bellotas o de rebrotes de raíz.

Plántula germinada a partir de una bellota.

Rebrote de raíz. Las dos formas de expansión del alcornoque parcen tener similar importancia. Con ambas logran mantenerse en el lugar e ir ganando territorio en la zona.

 Con ambos mecanismos, se logran densidades muy importantes de ejemplares juveniles y plántulas, que cubren casi por completo el suelo del alcornocal, como se aprecia en esta imagen de unas de las parcelas analizadas.




 En estas condiciones sólo el laurel, Laurus novocanariensis, aparece con una regularidad apreciable, aunque en muy pocas ocasiones consigue tamaños similares a los de los alcornoques.

    Es importante resaltar que el alcornoque, Quercus suber, es una especie ingeniera, es decir, es capaz de transformar las condiciones del lugar donde crece (suelo, cobertura, etc.) para favorecer su asentamiento en la zona.





domingo, 15 de diciembre de 2019

Ajardinamiento de zonas rurales. Mucho cuidado, por favor.

    Si la inclusión de especies exóticas invasoras en los ajardinamientos urbanos es un problema importante, causante de un buen número de introducciones de plantas exóticas en el medio, utilizar este tipo de plantas para embellecer algunos puntos en zonas rurales es mucho más problemático. Pero se siguen realizando ajardinamientos en estos lugares próximos a las comunidades naturales o seminaturales, utilizando especies incluso clasificadas como invasoras e incluidas en el catálogo español de especies exóticas invasoras.
    Y esto se sigue haciendo por dos motivos claros: por desconocimiento de la norma e inlcuso de las especies plantadas; y por el poco cuidado que precisas estas plantas que soportan sequías, lluvias cuantiosas, y que no tienen apenas depredadores.
    Sirva como ejemplo un pequeño jardín asentado en una curva, existente en el barrio de El Rincón, en el municipio grancanario de Teror, justo en el límite con el Espacio Natural Protegido del Parque Rural de Doramas. En una pequeña superficie, menos de 250 m2, se apiñan especies exóticas invasoras, junto a endemismos canarios, unos fuera de lugar, como Marcetella moquiniana, y otros dentro de su zona potencial de crecimiento, caso de Solanum vespertilio, e incluso posibles hibridos entre especies grancanarias.

 Imagen de la zona ajardinada mencionada en la entrada. Pueden verse en la fotografía; Paraserianthes lophantha, Opuntia ficus-indica, Agave attenuata, Crassula argentea, Solanum marginatum, Tithonia diversifolia, Hedera helix, Aloe vera, Dracaena draco, Marcetella moquiniana, Rosmarinus officinalis.

 Localización de la zona comentada. El área de viviendas por debajo del localizador es el barrio de El Rincón, en Teror. POr encima del jadín, y de color verde oscuro, el Parque Rural de Doramas y la Finca de Osorio.


 A continuación añadimos un pequeño listado en imágenes de las especies presentes en esta zona ajardinada.

Solanum marginatum, utilizado como ornamental y asilvestrado en algunos caminos de la zona.

 Carpobrotus edulis y Hedera helix. Las especies tapizantes utilizadas en el ajardinamiento. La primera incluida en el catálogo español de especies exóticas invasoras, que ya estaba en vigor cuando se realizó la plantación.

 Austrocylindropuntia subulata. A pesar de que en el catálogo de especies exóticas invasoras no aparece, puede interpretarse que se incluye en el género Cylindropuntia que sí se indica en dicho catálogo.

 Tithonia diversifolia. Esta especie no consta como asilvestrada en Gran Canaria, pero se cultiva en la zona comentada y en muchos otros puntos de la isla, por lo que muy posiblemente se encuentre ya asilvestrada.

 Paraserianthes lophantha. Sin duda es la especie más peligrosa del conjunto. Se asilvestra e invade fácilmente áreas de monte verde en Gran Canaria y en otras islas. Es común en la parte alta de Firgas, Arucas, Guía, Moya y otros municipios del norte grancanario. No está presente en Osorio, por lo que este núcleo de ejemplares representa un serio problema para el entorno, ya que puede implicar la aparición de la especie en una zona de alta calidad ambiental.

Muy posiblemente, un híbrido entre Echium decaisnei y E. callithyrsum. Las hojas anchas que le acompañan son de una especie de Brugmansia que no se ha podido determinar por falta de floración.

    Sin duda es necesario formar a los responsables del ajardinamiento en los diferentes municipios rurales de Canarias, así como eliminar las especies peligrosas por su capacidad de dispersión e invasión de ambientes naturales.

sábado, 30 de noviembre de 2019

Nueva publicación sobre los géneros Agave y Furcraea en Canarias: muchas novedades y precisiones.

    Acaba de aparecer en la revista Plant Ecology and Evolution, un artículo titulado "A synopsis of feral Agave and Furcraea (Agavaceae, Asparagaceae s. lat.) in the Canary Islands (Spain)", de los autores Filip Verloove, Joachim Thiede, Águedo Marrero Rodríguez, Marcos Salas-Pascual, Jorge Alfredo Reyes-Betancort, Elizabeth Ojeda-Land y Gideon F. Smith. (Plant Ecology and Evolution 152 (3): 470–498, 2019; https://doi.org/10.5091/plecevo.2019.1634).
    Se trata de una revisión de los géneros Agave y Furcraea, las denominadas popularmente piteras, en Canarias. Hasta el momento se habían citado en las Islas 5 especies de Agave y 1 de Furcraea: Agave americana, Agave attenuata, Agave fourcroydes, Agave sisalana, Agave ferox y Furcraea foetida. En este trabajo se eleva el número hasta las 12 especies de Agave y 3 de Furcraea. En el siguiente cuadro se indican las especies presentes en Canarias, su distribución, si representan una novedad para Canarias o para alguna de las Islas del Archipiélago y la categoría de su potencialidad como invasora, según lo expuesto por Blackburn y colaboradores (Blackburn T.M., Pyšek P., Bacher S., Carlton J.T., Duncan R.P., Jarošík V., Wilson J.R.U., Richardson D.M. (2011) A proposed unified framework for biological invasions. Trends in Ecology & Evolution 26(7): 333–339)
A No transportado más allá de los límites del rango nativo
B1 Individuos transportados más allá de los límites del rango nativo, y en cautiverio o cuarentena (es decir, individuos provistos de condiciones adecuadas para ellos, pero existen medidas explícitas de contención)
B2 Individuos transportados más allá de los límites del rango nativo y en cultivo (es decir, individuos provistos de condiciones adecuadas para ellos, pero las medidas explícitas para prevenir la dispersión son, en el mejor de los casos, limitadas)
B3 Individuos transportados más allá de los límites del rango nativo y liberados directamente en un entorno nuevo
C0 Individuos liberados en la naturaleza (es decir, fuera del cautiverio o cultivo) en el lugar donde se introdujeron, pero incapaces de sobrevivir durante un período significativo
C1 Individuos que sobreviven en la naturaleza (es decir, fuera del cautiverio o cultivo) en el lugar donde se introdujeron, sin reproducción
C2 Individuos que sobreviven en la naturaleza en el lugar donde se introdujeron, la reproducción ocurre, pero la población no es autosuficiente
C3 Individuos que sobreviven en la naturaleza en el lugar donde se introducen, se produce la reproducción y la población es autosuficiente
D1 Población autosuficiente en la naturaleza, con individuos que sobreviven a una distancia significativa del punto original de introducción
D2 Población autosuficiente en la naturaleza, con individuos que sobreviven y se reproducen a una distancia significativa del punto original de introducción
E Especies totalmente invasoras, con individuos dispersándose, sobreviviendo y reproduciéndose en múltiples sitios a través de un espectro mayor o menor de hábitats y extensión de ocurrencia

    Hay que indicar que estas categorías no son caractrísticas de cada especie, sino que son las fases en que se ecuentra su introducción en este momento, es decir, una especie puede tener ahora una categoría y dentro de algunos años puede tener otra, y también una especie puede tener diferentes categorías en distintos lugares.


Taxon
Distribución/nuevo para….
Categoría
Agave americana
C, F, G, H, L, P, T
E
A. fourcroydes
C, F, G, L, P, T
E
A. sisalana
C, F, L, P, T
E
A. angustifolia
C, F, T/nuevo para Canarias
C3
A. attenuata
C, F, P, T/nuevo para Tenerife
C1
A. franzosinii
C/nuevo para Canarias
C2
A. lechuguilla
C/nuevo para Canarias
C1
A. macroacantha
F, P/nuevo para Canarias
C1
A. murpheyi
C/nuevo para Canarias
C3
A. salmiana
C, T/var. salmiana nuevo para Canarias, var. ferox nuevo para Tenerife
C3
A. aff. tequilana
C/nuevo para Canarias
C3
A. titanota
C/nuevo para Canarias
C1
Furcraea foetida
C, F, P, T/nuevo para Gran Canaria
E
F. hexapetala
T/nuevo para Canarias
C3
F. selloana
C, T/nuevo para Canarias
C3


    En el artículo se presenta una clave para identificar las distintas especies de cada género estudiado, así como una serie de localidades donde podemos ver a cada especie.
    Sin duda es apreciable el aumento de especies de ambos géneros que se encuentran en las Islas. Algunas especies hace ya tiempo que se encuentran asilvestradas en Canarias, pero otras son plantas que se emplean desde hace poco tiempo como ornamentales. La potencialidad de estos géneros para extenderse es muy grande, ya que muchas producen bulbillos en sus inflorescencias que son capaces de arraigar y expandir la especie (Agave sisalana, A. fourcroydes, A. vivipara, Furcraea foetida), y otras producen estolones de raíz como forma asexual de multiplicación (A. americana, A. franzosinii, A. salmiana, etc.). Este trabajo, junto con los recientes dedicados a las cactáceas americanas y su presencia en Canarias deben servir para entender la necesidad de regulación y control de las plantas crasas en Canarias.

 Agave americana, la especie más abundante y frecuente en cualquier isla del Archipiélago.


 Agave franzosinii, una pitera similar a A. americana pero mucho más grande, entre otras diferencias. En la imagen superior un ejemplar cultivado y en la inmediata a este texto la comparación entre las hojas de esta pitera y A. americana (A. franzosinii es más azulada que A. americana, más verdosa)


 
 Agave fourcroydes, con hojas rectas y dentadas.

 Bordes de las hojas de Agave sisalana, generalmente sin dientes, aunque existe la variedad armata (en la imagen), con algunos dientes.

 Similares a las anteriores, pero con hojas azuladas, son los ejemplares que se han agrupado en el grupo muy diverso de A. tequilana.



 Las 3 imágenes anteriores pertenecen a Agave salmiana, más frecuente de lo que pueda parecer, al menos en el norte de Gran Canaria. Se diferncia bien de A. americana cuando está en flor, ya que su inflorescencia (el pitón) tiene menos ramificaciones y se encuentran más hacia el extremo y con brácteas grandes. Las dos primeras imágenes corresponden a la variedad salmiana, y la tercera a la variedad ferox (= A. ferox), mucho más rara en la naturaleza (en la imagen, ejemplar del Jardín Canario Viera y Clavijo.

 Ejemplar cultivado de Agave vivipara. Esta especie se ha empezado a cultvar en las últimas décadas y está en las primeras fases de su introducción. Ya está creciendo en las zonas donde fue plantado y se expande por puntos no muy alejados de ese lugar. La producción de bulbillos es su técnica de dispersión.

 Agave attenuata perfectamente asilvestrado en el barranco de Guiniguada (Gran Canaria). Muy cultivado y presente en ambientes seminaturales por la mala gestión de restos de podas y limpiezas de jardines. No se expande con rapidez ya que sólo puede ganar superficie mediante los estolones que produce.
 Furcraea selloana

 Furcraea foetida


domingo, 24 de noviembre de 2019

Los incendios de Gran Canaria del verano de 2019: a 4 meses vista, la desgracia puede convertirse en oportunidad.

    Los incendios de este agosto pasado en Gran Canaria merecen un seguimiento detallado con respecto a su efecto sobre las especies alóctonas. Ya incluimos una entrada relacionada con este tema en sptiembre, antes de las lluvias que ahora están permitiendo el rebrote de muchas de las especies que pueden ser sometidas a este seguimiento. Tras una visita a la cumbre ya podemos indicar algunas observaciones que pueden abrir nuevas perspectivas sobre el efecto del fuego en las zonas afectadas.
     El rebrote de las plantas autóctonas es muy importante. Se han observado abundantes especies nativas rebrotando: Laurus novocanariensis, Bencomia caudata, Sonchus acaule, Hypericum reflexum, Hypericum coadunatum, etc. Otras especies han sufrido una especie de activación en sus rizomas o tubérculos, y están creciendo con fuerza fuera de su periodo natural, como Neotinea maculata o la helecha Pteridium aquilinum. Pero en lo que respecta a las especies alóctonas, es impresionante el rebrote de los eucaliptos (Eucaliptus del grupo camaldulensis), tanto en los ejemplares gigantes como en otros más jóvenes producto de la expansión natural de la especie.
    También se ha observado el rebrote en los almendros (Prunus dulcis), en Myoporum laetum, en castañeros y nogales, olmos (Ulmus minor), Chesmanthes floribunda y Populus nigra. Pero quizá lo más interesante es la percepción de que las zonas que estaban pobladas por especies de pinos alóctonas: pinos de Monterrey (Pinus insignis), y en menor medida pinos piñoneros (Pinus pinea) y pinos carrascos (Pinus halepensis), deberán ser repobladas, ya que muchos de los ejemplares adultos han quedado calcinados. Es una buena superficie que se encuentra en un área donde la vegetación potencial es el monte verde, por lo que las especies utilizadas en la restauración forestal deberán ser fayas y laureles.
     De hecho, de manera natural, el area comprendida entre Lanzarote-Cueva Corcho-Crespo-Bco. del Andén-Bco. del Pinillo (Valleseco), ya estaba siendo ocupada por una formación densa de Bencomia caudata con laureles dispersos y otros elementos del monte verde. En la zona cercana al punto de inicio del incendio de Valleseco se encontraban poblaciones de Sideritis discolor, Pteris incompleta, Scrophularia calliantha, y otras especies raras en la laurisilva grancanaria. La presencia de brezos en la zona es muy dudosa, dada la continentalidad de la misma, que se plasma en veranos muy soleados y calurosos e inviernos fríos.
    La tragedia del incendio debe convertirse ahora en una oportunidad para transformar estas repoblaciones de pinos alóctonos en monte verde que ayude a la regeneración natural de todo el sector.

     Parte alta del Barranco del Andén. Plantaciones mixtas de Pinus pinea, Pinus radiata, Pinus halepensis y algunos Pinus canariensis. Los pinos quemados totalmente, sin hojas, están muertos, los que mantienen las hojas siguen con vida. Las zonas de pinos muertos podrán y deberán ser repobladas.

    Zona carbonizada de Pinus radiata. Las típicas piñas asimétricas de esta especie quedan en las ramas sin soltarse. No se aprecia ni rebrotes ni plántulas en la zona. Estos pinos caerán y la zona despoblada tendrá que ser replantada para evitar la pérdida de suelo. La designación de las especies empleadas es fundamental para hacer de esta desgracia una oportunidad.

    Al contrario de lo que ocurre con los pinos, los aucaliptos de la zona, a pesar de quemarse totalmente, rebrotan con mucha fuerza.

    Las olmedas quemadas se regeneran tanto con rebrotes de los ejemplares quemados, como por rebrotes de raíz. Sólo en las zonas más quemadas no se aprecia regeneración de los ejemplares adultos. Estas zonas serán difícilmente recuperables, ya que los rebrotes de raíz pueden ahogar las repoblaciones que se puedan realizar.

El almendro también rebrota sin dificultad.

Los castaños, no quemados pero afectados por el calor, cambián su proceso fenológico. Ahora que deberían perder sus hojas y dejar caer sus frutos, reinician la producción de hojas y flores. Veremos cómo afecta este cambio fenológico a su supervivencia.


  Cambios fenológicos aparecen también en especies autóctonas, como la helechera o helecha, Pteridium aquilinum, arriba, que debería estár ahora marchitándose y en cambio el incendio ha provocado la formación de frondes. Abajo, varios ejemplares de la orquídea Neotinea maculata, que normalmente produce hojas en enero o febrero. Frecuente ahora en zonas quemadas superficialmente.

Sería interesante analizar estos cambios fenológicos que produce el fuego en especies criptófitas, tanto en especies nativas como en alóctonas.

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Las especies invasoras en el año internacional de la Biodiversidad