domingo, 29 de noviembre de 2020

La trebolina o trevina (Oxalis pes-caprae) el invasor a quien nadie hace caso.

    En esta época del año la trebolina (Oxalis pes-caprae), esta popular planta de origen sudafricano, cubre enormes extensiones de terreno en las medianías de las Islas. Campos abandonados, frutales, pero también bosquetes de acebuches (Olea cerasiformis), matorrales de vinagreras e inciensos (Rumex lunaria y Artemisia thuscula, respectivamente), e incluso zonas de monte verde en recuparación. Sin duda, caracteriza el paisaje durante el otoño e inicio del invierno. 

    La rápida aparición de esta especie se debe a que no es una planta anual, no es una hieba, sino un geófito, es decir, un vegetal que mantiene una estructura de resistencia, en su caso un bulbo, que le sirve para soportar los meses secos. Por eso, en cuanto se inician las lluvias de otoño, la trebolina surge rápidamente ocupando el suelo y aprovechando los nutrientes rápidamente. Estos bulbos le sirven también para propagarse con gran rapidez, ayudados por algunos animales que en verano escarban el suelo para alimentarse de ellos pero que también facilitan su movilización y dispersión (conejos, y algunas aves).

    La capacidad invasora de esta planta no es desconocida. Se incluye en el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras (https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2013-8565), y también en todas las principales bases de datos mundiales de especies invasoras (http://www.iucngisd.org/gisd/species.php?sc=1599; https://www.cabi.org/isc/datasheet/38158). Se considera invasora en todos los lugares con clima mediterráneo o similar a este (California, norte de México, Australia, Nueva Zelanda, norte de África, Europa Mediterránea, Macaronésia, etc.).

    Poco se ha estudiado sobre su influencia sobre la vegetación autóctona, pero dada la densidad que adquieren sus formaciones y la alteración que produce en aspectos ecológicos importantes, como el suelo y la llegada de luz a la superficie, debe influir en la germinación de las plantas arbustivas y sobre todo en las especies herbáceas y a la biodiversidad y estructura de los herbazales.

    Y sin embargo casi nadie piensa en esta especie cuando se realizan campañas de control de especies invasoras, nadie la toma en cuenta. Valga como ejemplo que, en la aplicación desarrollada por REDEXOS para notificar el avistamiento de especies invasoras en Canarias, esta especie sólo presenta 2 localidades (https://www3.gobiernodecanarias.org/cptss/sostenibilidad/biodiversidad/redexos/app/guide/species/oxalis-pes-caprae). Otras especies igualmente invasoras y extendidas, como Nicotiana glauca u Opuntia dillenii tienen en esta misma base de datos, más de 100 avistamientos cada una.

    Puede interpretarse que se entiende que es un problema irresoluble, o que no afecta a las plantas canarias en peligro, pero en ambos casos no tenemos información suficiente com para afirmar ninguna de las dos ideas. Más bien ocurre con las plantas invasoras como con el resto de especies vegetales, las herbáceas reciben mucha menos atención que las leñosas, por las dificultades que tienen para su estudio al estar visibles sólo parte del año. Pero deberíamos hacerle más caso a esta planta que, seguramente, ha sido causante de una importante pérdida de biodiversidad en nuestras islas, y poner más atención en el estudio de las especies herbáceas, que ya dieron algunas sorpresa, añadiendo nuevas especies al catálogo de especies endémicas, como ocurrió con Mecurialis canariense, Allium canariense o Pelletiera wildpretii.

    ¿Quién sabe cuántas plantas herbáceas anuales han desaparecido en las Islas antes si quiera de conocer de su existencia? Sería necesario estudiar mucho mejor este grupo de especies vegetales, antes que la trebolina ayude a su extinción..

Flores de Oxalis pes-caprae

En ocasiones es frecuente esta variedad de flores "dobles", es decir, flores en las que los estambres se han convertido en pétalos. Los foliolos de esta variedad son más pequeños y tienen una mancha oscura en su base.

 Bulbillos de Oxalis pes-caprae.

 Oxalis pes-caprae recubriendo el suelo de una zona de laurisilva en Gran Canaria
 

El acebuchal de Bandama (Gran Canaria). El suelo está cubierto por Oxalis pes-caprae

Campo de manzaneros ocupado por Oxalis pes-caprae


Densidad de plantas de Oxalis pes-caprae en un metro cuadrado

Cuando se eliminan las plantas de trebolinas únicamente se mantienen juveniles de Artemisia thuscula y Echium decaisnei, especies arbustivas nitrófilas.

Altura de la capa de Oxalis. Su densidad impide la llegada de luz al subvuelo, afectando a la elongación de las plántulas que germinan debajo.

Semillas de retama blanca (Retama rhodorhizoides) germinadas en ambientes de similar luminosidad que las generadas por la capa de Oxalis. Son plántulas muy tiernas que, cuando en invierno se retire la capa de hojas de Oxalis pes-caprae, no podrán resistir los rigores del clima.

Pastizal en Guayadeque (Gran Canaria). A la izquierda de la imagen se observa una capa casi homogénea de Oxalis, a la derecha la biodiversidad es mucho mayor, creciendo varias especies de gramíneas, Arisarum simorrhinum, Geranium rotundifolium, Bituminaria bituminosa, Calendula arvensis, Medicago sp., etc.


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