Desde hace unos 8 años un grupo de trabajo en el que participamos realiza un seguimiento de la población de Lotus kunkelii, la hierbamuda de Jinámar, tanto de la población natural como de las plantaciones que se realizaron en el SIC de Jinámar en 2013, 2014 y 2015. Para ello se visita todos los años la zona y se realiza un seguimiento de los adultos y plántulas que siguen creciendo en la zona repoblada.
Estas visitas peiódicas nos han permitido ver la evolución de estas plantaciones y de cómo afectan las especies introducidas a la misma, y la verdad es que el resultado es desolador. Gracias a la gran producción de semillas y al largo periodo de latencia que parecen tener, cada año que se producen lluvias suficientes, en toda la zona del SIC que fue objeto de plantación aparecen cientos de plántulas que, en muchos casos, logran convertirse en juveniles, pero ninguna, o casi ninguna, logran florecer y convertirse en adultos, lo que impide que se asienten nuevas poblaciones en el SIC.
Varias plántulas de Lotus kunkelii creciendo bajo un individuo seco.Juvenil de Lotus kunkelii. La plántula se ramifica. Si no se muere o se la comen, este ejemplar puede florecer en dos meses
¿Qué impide que se produzca este paso? Muchas cosas: el mal estado del suelo, las largas épocas de sequía, pero también la presencia de muchas especies introducidas, sobre todo el conejo. El efecto de este mamífero sobre las plantas de Lotus kunkelii ya se ha comentado en este blog (http://invasionesbiologicas.blogspot.com/2015/12/efecto-de-la-depredacion-de-los-conejos.html). Las pruebas de las actuaciones de los conejos están por todo el SIC, y en algunos lugares son muy numerosas: escarbaduras, letrinas, etc., son muy habituales en la zona. Los efectos sobre las plántulas de Lotus kunkelii son también claramente perceptibles. En esta época, donde existe una importante biomasa vegetal de herbáceas, el efecto del conejo es menor sobre la especie que en verano, cuando la comida escasea, y aún así es frecuente ver estas plántulas cortadas y ramoneadas por el conejo. Parece que el mamífero siente alguna predilección por esta planta.
Juveniles de Lotus kunkelii ramoneados. Los extremos cortados propician una ramificación basal que caracteriza a estas plantas comidas por los conejos. Las ramas no crecen ni producen flores.
Otro efecto del conejo sobre la vegetación es la nitrificación del suelo, comprobado en otros lugares y por estudiar en Jinámar. Las plantas anuales nitrófilas, barrillas (Mesembryanthemum crystallinum y M. nodiflorum), cenizos (Chenopodium murale), y las invasoras Tetragonia echinata y Atriplex semibaccata, son cada vez más frecuentes en la zona, sustituyendo a terófitos nativos y a alguno endémico como Senecio glaucus, Senecio flavus o Echium bonnetii.
Plántulas de Lotus kunkelii creciendo entre ejemplares jóvenes de Mesembryanthemum nodiflorum. La competencia entre ambas hace complicado el crecimiento de las primeras, menos adaptada a estos suelos nitrófilos y poco estructurados.
Otra invasora que está ocupando el SIC y que sólo afecta indirectamente a Lotus kunkelii es el omnipresente rabo de gato (Pennisetum setaceum), que junto a otras introducidas como Cascabela thevetia, varias especies del género Conyza, Datura inoxia, etc., ocupa el cauce de la Cañada Rica, ahora encharcado por las lluvias.
Diversas imágenes del cauce de la Cañada Rica. Este cauce recoge el agua de parte de la autopista y de la ladera del cercano centro comercial del Mirador. Esta gran cantidad de agua erosiana la cañada y está transformando la vegetación del SIC.
Por último, una planta invasora que está tomando fuerza en todas nuestras costas ya ha llegado a Jinámar. Se trata de Malephora crocea. Hasta hace poco estaba limitada al vecino cauce del Barranco de Telde, pero ya ha dado el salto a Jinámar.
Malephora crocea
Y, sin tratarse de invasiones biológicas, son recalcables también la multitud de pruebas de la acción humana en toda la zona: basura, rodadas de bicicletas, excrementos de perros (no debe olvidarse que la playa de Jinámar es una playa para perros), y este año incluso detectamos la presencia de caballos. Sus huellas se encontraban a escasos 100 m de la población natural y pasaron por una zona donde se repobló y donde crecen ejemplares de esta especie.
Huellas de caballo vistas en las cercanías de la población natural de Lotus kunkelii, en plena zona de exclusión del SIC de Jinámar.
En este Espacio Natural Protegido ya se realizó antes de la pandemia una reunión de casi 1000 personas para "limpiar la playa", una playa para perros, la presencia de gran cantidad de perros, con sus amos, paseando por las pistas del SIC, ciclistas, pescadores, paseantes, jóvenes de botellón, y ahora un camino para caballos, todo por un sitio de especial interés natural y que soporta la única población conocida de Lotus kunkelii.
¿Para cuándo un concierto de Los Sabandeños? Ya tarda.
Animalitos,pobrecitos con lo lindos que son!... perdón por el "chascarrillo"... cuidadín no sea que se produzca linchamiento textual por parte de algún animalista talibán...
ResponderEliminarSaludos
Yo, amante de la naturaleza, si un día paseara por esa zona no sabría dónde se encuentran las especies protegidas y la zona de protección.
ResponderEliminarNecesitamos balizar / acordonar / delimitar / señalizar de alguna manera las zonas protegidas.
Está muy bien tenerlas bajo plano, pero hay que bajar a pie de calle e indicarlo para que las personas respeten la zona.
Hola Anónimo, gracias por su participación en el blog. En Jinámar toda la zona, desde la carretera hasta el mar, es zona protegida. Señalar las especies protegidas no siempre es bueno, ya que usted quiere verlas, peo seguro que habrá alguien a quien le gustaría tenerlas en casa, y las arrancaría. Lamentablemente hay gente de todas clases. Un saludo y de nuevo gracias por su comentario.
ResponderEliminar