Poco texto es necesario para explicar lo que quiero. Estos días nos alarma el catastrófico incendio en en centro de Portugal. Mucho se habla de los medios, de la peligrosidad del fuego, de la enorme desgracia que representan las pérdidas humanas, pero poco del motivo de que cada año se repitan estas noticias en este país o en Galicia y Asturias. No es algo simple, seguramente se reunan varias causas: unas que inician el incendio (tormentas secas, negligencias, incendios provocados), otras que dificultan la extinción (relieve abrupto, falta de medios, clima), pero hay otras que facilitan su propagación y que hacen que el incendio sea más violento. Entre estas últimas están, sin duda, las plantaciones de pinos y eucaliptos y la desaparición del bosque autóctono. Sirvan estas imágenes como muestra del antes y el durante de los incendios. Se han recogido utilizando la aplicación google earth y localizando algunas imágenes que se han recogido del blog https://esmola.wordpress.com/2017/06/18/catastrofe/, que explica claramente lo que aquí también queremos decir.
Punto de la carretera IC8, próximo al enlace con la N236. (Foto 3)
Punto cercano al anterior. Aspecto ennegrecido de la barrera de pinos. El eucalipto qumado junto al primer coche rebrotará tras el incendio, las vidas se han perdido para siempre (Foto 1).
Los dueños de estos terrenos forestales y las empresas de celulosas volverán a plantar pinos y eucaliptus. Esta desgracia servirá para pedir más medios. Y en unos meses otros incendios nos volverán a sobresaltar sin que seamos capaces de solucionar el problema, cuando desde hace años se sabe exactamente cuál es la solución. Más bosque autóctono y menos plantaciones.
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