No exageraban Ruben Barone y Fabián Hernández cuando en junio del año pasado nos advertían desde la revista Quercus de la expansión de la planta Pluchea ovalis por el sur y oeste de la isla de Tenerife (confirmar en http://www.researchgate.net/publication/263089991_La_planta_Pluchea_ovalis_invade_el_sur_de_Tenerife). Nos hicimos eco en este blog de esta llamada de atención (ver http://invasionesbiologicas.blogspot.com.es/2014/05/pluchea-ovalis-alerta-por-la-rapida.html) pero en una visita a la isla vecina hemos podido abservar in situ el problema que puede producir esta planta en Tenerife.
Se trata, como ya idicamos en la entrada anterior dedicada a esta planta, de un arbusto encontrado en toda la franja intertropical desde la India hasta la costa atlántica africana, incluidas Cabo Verde y ahora Tenerife. Es una planta aromática, medicinal, y quizá sea esta cualidad la que ha propiciado su expansión, ya que no parece que su uso ornamental esté generalizado. Se detectó en 2007, en las cercanías de Adeje, y este año de 2015 ya se encuentra dispersa desde la costa de Arona, más concretamente la zona de Las Galletas, hasta la costa de Santiago del Teide. Pero la facilidad de expansión de la planta, propiciado por la enorme cantidad de semillas que produce y su largo periodo de floración (de abril a Agosto), nos hace pensar en que finalmente ocupará todo el territorio que le sea ecológicamente propicio, lo que incluye amplias zonas de la costa de toda la isla, barrancos, eriales, de manera similar a lo que ocurre ya con otro viejo conocido, el rabo de gato. De momento hay que impedir que la planta pase a otras islas e intentar cercarla en su actual región de crecimiento. Si no se actúa con prontitud en pocos años el problema puede ser similar al que ya tenemos con Pennisetum setaceum.
A continuación se presentan una serie de imágenes que nos pueden dar una idea de la magnitud del problema.
Producción de semillas de Pluchea ovalis. Los aquenios o pelos que están unidos a las semillas facilitan su dispersión por el viento.
En las zonas ajardinadas de Adeje, Pluchea ovalis se comporta ya como una mala hierba, junto a Conyza bonaeriensis y otras semejantes.
En los bordes de carreteras y en zonas urbanizadas, jardines abandonados, etc., los ejemplares más grandes de Pluchea ovalis pueden medir hasta 2 metros de alto, muy ramificados desde la base, y forman un matorral cerrado similar a las maquias o garrigas mediterráneas.
También tienen afinidad por los rezumaderos, no porque sean especies hidrofíticas, sino porque la presencia de zonas húmedas en estas localidades cálidas del sur, propician la germinación de muchas especies ecológicamente agresivas. En la imagen de un rezumadero natural, junto a Pluchea ovalis aparecen otras dos especies invasoras bien conocidas, Washingtonia cf. robusta y Cortaderia selloana
El tamaño y la velocidad de crecimiento de Pluchea ovalis, terminan por impedir el crecimiento de otras plantas autóctonas que también pueden ocupar estos lugares abandonados cercanos a las zonas urbanas. En la imagen Pluchea ovalis impide el crecimiento de Schizogyne sericea.
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