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miércoles, 27 de diciembre de 2017

Gracias a todos, Feliz Navidad y que el año próximo seamos más felices.

Que la Navidad es una época de milagros ya lo hemos comentado en este mismo blog (https://invasionesbiologicas.blogspot.com.es/2013/12/milagros-de-navidad-las-invasiones.html). La aparición de piteras y tuneras en nuestros belenes no es más que el reflejo de nuestra cultura y una prueba del arraigo de estas plantas en la idiosincrasia del canario y su paisaje. Este año sólo queremos aprovechar la imagen de un recolector de tunos en la Palestina de hace 2018 años, visible en el tradicional Belén de la Plaza de San Telmo, en Las Palmas de Gran Canaria, para deserles a todos una feliz navidad y nuestro deseo de que el año próximo seamos más felices, y si es posible más inteligentes para poder atacar los problemas que no hemos podido solucionar hasta el momento: Pannietum setaceum, Lampropeltis getula, Diocalandria frumenti, Arundo donax, herbívoros introducidos (cabras y conejos cimarrones, muflones, arruís), etc. Que todos tengamos la honestidad y la capacidad para afrontar estos problemas de manera seria y científica. Un saludo a todos y gracias por seguir este blog.


domingo, 3 de diciembre de 2017

El regreso del araar (Tetraclinis articulata) a Gran Canaria.

En ocasiones considerar una especie como introducida no es tan sencillo. Eso ocurre con el araar, o sabina mora, como se le llama en el este de la Península Ibérica a la especie Tetraclinis articulata. Este árbol vive en la actualidad en el norte de África, en su zona mediterránea, donde forma bosquetes junto a pinos y encinas. Se considera un árbol relictual en Doñana, Murcia y Malta, donde se tiene como el árbol nacional (pueden ampliar información en los siguientes enlaces: http://biogeografia.netau.net/geobotanica45.html; https://arbolesconhistoria.com/2015/02/21/el-araar-una-cupresacea-de-origen-incierto/; http://www.jolube.es/Habitat_Espana/documentos/9570.pdf; http://www.mapama.gob.es/ministerio/pags/Biblioteca/Revistas/pdf_REPN/ECO_2009_23_139_150.pdf; etc.).
A su vez, se trata de una especie muy empleada en jardinería en zonas de clima suave, de manera similar a como se emplea el ciprés, la tuya, etc. 
En Canarias es fácil observarlo en setos de bordes de fincas, jardines, etc., lo que ha permitido que, al menos en Gran Canaria se haya asilvestrado. La primera cita de este pequeño árbol en la isla se realizó para el Barranco del Guiniguada, a la altura del campus de Tafira (https://www.researchgate.net/publication/267211310_Effects_of_the_presence_of_Viera_y_Clavijo_Botanical_Garden_in_Pino_Santo). Más adelante se encontraron varios ejemplares en Los Toscales, Moya (https://www.researchgate.net/publication/271764657_Nuevas_adiciones_y_citas_de_interes_para_la_flora_autoctona_y_aloctona). Y a estas localidades hay que añadir otras donde la especie también ha sido localizadas, como otros puntos del Barranco del Guiniguada (debajo de Almatriche), y de Tafira Baja, en la cabecerfa de Barranco Seco. El total de ejemplares localizados ronda ya la decena. Al parecer, Tetraclinis articulata se adapta perfectamente a la zona baja, soleada, desde los 200 hasta los 350 m sobre el nivel del mar, y si tiene aporte de agua suficiente, como en el fondo de los barrancos, puede incluso bajar más. El clima cálido y suave de este sector es bastante similar al que presenta en el norte de África.
Pero todo esto no sería de gran interés si no fuera por un hecho que hace de esta especie una planta singular en la Isla. Tetraclinis articulata vívía en Gran Canaria de forma natural hace unos 3 millones de años. Y lo sabemos porque se han encontrado fósiles de esta planta en el Valle de Agaete, en la zona de Los Berrazales-El Hornillo. Este hallazgo se publicó en 2009 (http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1365-2699.2009.02222.x/abstract) y no ha sido muy valorado, pero se trata del primer caso contrastado de la desaparición de una especie de la flora canaria por razones naturales. Según el resto de flora que acompaña al araar en el yacimiento de Berrazales, esa zona de la isla estaba poblada por una laurisilva en la que se incluía Tetraclinis articulata, una especie de "sabinar húmedo", en cierta forma similar a los que pueden encontrarse en Afur o en la Ladera de Güimar, en Tenerife.
El araar es pues una planta que regresa a la flora insular después de 3 millones de años. O puede que siempre haya estado en las islas, de manera relictual en determinados lugares en los que ha sido considerada como introducida. Habrá que repasar las citas históricas y las referencias antiguas a "alarces" en Canarias. Ya tenemos trabajo.
 Una cuestión paralela, pero no menos interesante, es que esta especie se encuentra en el Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas (http://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2011-3582). Desconocemos cómo influye este hecho en el grado de protección que puedan tener los ejemplares naturalizados de esta especie en la Isla. Habrá que estudiar leyes. Más trabajo.
 Ejemplar de Tetraclinis articulata en la cabecera de Barranco Seco, en Tafira Baja, Las Palmas de Gran Canaria. El árbol está fructificado y se acompaña de tabaibas dulces (Euphorbia balsamifera), acebuches (Olea cerasiformis) y lentiscos (Pistacia lentiscus) como flora autóctona más significativa.

 Conos femeninos y masculinos del araar. Las semillas que produce se dispersan mediante alas membranosas, similares a las de las semillas del pino.
Ejemplar de Tetraclinis articulata en el Bco. del Guiniguada, Las Palmas de Gran Canaria.